Roscón de chocolate y morcilla, de amapola o cecina

De cecina y queso azul, de pistacho, de anís, de tiramisú, all i oli, amapola o violeta. Aquí se reinventa el roscón. 'Para mí no hay límites. Hay uno pendiente de hacer que es de caracoles. También nos han pedido uno de chocolate y morcilla, de tarta de queso, de queimada', nos dice María Navascués, pastelera.

45 minutos amasándose, darles la forma, dos horas precalentándose y media más en el horno. El roscón necesita paciencia. Sólo en esta pastelería se elaboran 12.500 en esta semana. 'El más demandado es el tradicional. Después el relleno de nata', nos comenta José Fernández, maestro pastelero.

Pero también lo hay con cremoso de cava y petazetas, en forma de bombón y con crema de frambuesas. El roscón tiene una vida limitada, no más de ocho horas. Salvo los rellenos nunca conservarlo en la nevera. 'Mejor es cubrirlo con un papel, lejos del sol y sin envolverlos en plástico', nos dice José Fernández.

Hemos descubierto también qué se hace con los agujeros de los roscones. Aroma de azahar, naranja, limón, huevos, azúcar, harina, mantequilla y toque de ron.
Para decorar fruta escarchada. 'Las frutas del roscón simbolizan las joyas de la corona', nos dice José Fernández. Una dulce corona que reina estos días en muchas casas.