Su atrevida forma de caminar por el escenario, su amplia sonrisa y el esplendoroso vestido diseñado por Santi Castro representando a Zona Comercial Tranvía, le sirvieron para alcanzar su sueño, el de convertirse en la estrella del considerado acto capital del carnaval tinerfeño. "Imperio", así se llama su fantasía, se asemejaba a un cisne y contrastaba con el colorido escenario, adornado con símbolos de la paz, palomas blancas, máscaras con purpurina y llamativas flores.
De esta manera, Carmen Gil se impuso al resto de candidatas, en total 12 jóvenes, que pasearon trajes que ignoraron la crisis económica y se atrevieron a rozar los cinco metros de alto y ancho.
Mensajeras del amor, ángeles, mariposas, animales fantásticos y diosas de la naturaleza fueron algunos de los personajes que asumieron las aspirantes para defender su candidatura frente a un público que estuvo atento y divertido durante las más de tres horas que duró esta cita capital del carnaval tinerfeño.
Unas por la belleza de sus diseños, otras por el cariño con el que se dirigían al público, todas destacaron; sin embargo, gran parte de los aplausos y la emotividad de los espectadores se lo llevaron las "reinas históricas", es decir, las anteriores reinas del carnaval. Un gran número de las 49 "reinas históricas" saltaron al escenario con sus mejores vestidos y sonrisas devolviéndole al público el recuerdo de las que han sido las caras del carnaval desde los años sesenta.
Esta alegría solo se rompió cuando se hizo un silencio por Shaila Martín, quien fue reina en 2000 y falleció años después debido a un accidente de tráfico. Otra de las anécdotas de la noche fue cuando el público, nervioso, hizo la ola minutos antes de que se desvelara una de las sorpresas de la noche, la actuación de David Bustamante.
También hubo tiempo para las murgas, las trompetas y las sátiras de los Bambones, ganadores del concurso de este año, y fueron tan críticos como siempre con los políticos y más irónicos que nunca con Gran Canaria. Se trató de un espectáculo con un carácter tinerfeño muy marcado en el que se le rindió homenaje a todas las reinas y a los estilistas y costureros que han hecho posible que el carnaval de Tenerife sea uno de los más conocidos del mundo. Así lo quiso el director artístico de la gala y diseñador, Juan Carlos Armas, quien no se quedó corto en reconocimientos y en darle al público lo que quería: sonrisas, pero también, algunas lágrimas de emoción.