Rubén Amón cuenta su mala experiencia con un cerrajero: "Le tuve que pagar porque estás en manos de este señor"

Espejo Público abordaba esta mañana las prácticas abusivas de algunos cerrajeros que cobran precios desorbitados que superan los 1.000 euros por servicios que ejecutan en pocos minutos. El periodista y colaborador de Espejo Público Rubén Amón ha querido compartir la experiencia que él mismo vivió con uno de estos profesionales de abrir puertas.

Cuenta que era un sábado por la noche cuando necesitó de los servicios de un cerrajero, una hora y día de la semana ya de por sí más cara que otro día laborable. Se vio en la obligación de llamarlo ya que la casa que quería abrir no era de su propiedad y carecía de seguro del hogar, vivía de alquiler.

"La idea de que mi casa sirve para protegerme del ladrón cuando el ladrón es el cerrajero es un juego siniestro"

Cuenta que el cerrajero apareció "con un tipo gigantesco para establecer las condiciones del juego". "Esta idea de que mi casa sirve para protegerme del ladrón cuando el ladrón es el cerrajero es un juego bastante siniestro. Se ve expuesta tu vulnerabilidad porque no hay otra alternativa para que te abran".

El cerrajero le pidió 1.000 euros por sus servicios. Pese a esta experiencia mantiene que admira la genialidad de los cerrajeros para abrir puertas pero señala que en su caso lo delictivo está definido en sí mismo.

"Si no pagas el intimidador no te deja mucho margen y tu puerta está en manos de ese señor. Si se quiere vengar ese señor estás en lo inquietante y lo vulnerable", determina.

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