Ser de luz
Marron convierte un fluorescente en una espada láser: ¡al estilo de La guerra de las galaxias!
El cuerpo actúa como conductor interfiriendo en el camino del cuerpo eléctrico, lo que permite controlar hasta dónde se ilumina el fluorescente.

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En este programa de El Hormiguero hemos hecho un experimento que parece magia, encendiendo un fluorescente simplemente aproximándolo a una bola de plasma.
El mecanismo por el que una bola de plasma y un tubo fluorescente emiten luz es similar: ambos contienen un gas inerte a baja presión (generalmente una mezcla de gases como argón, neón o xenón) dentro de un recipiente de vidrio, y mediante un campo eléctrico intenso aceleramos los electrones libres. Al tratarse de un gas a baja presión, la densidad de átomos es baja, lo que permite a los electrones acelerados ganar suficiente energía antes de chocarse con un átomo como para ionizarlo, y liberar otro electrón, creando una mezcla de iones positivos y electrones libres conocida como plasma. Cuando los electrones inestables vuelven a sus órbitas originales, liberan la energía en exceso en forma de fotones (luz).
Una bola de plasma es un dispositivo que consiste en un electrodo central que genera un campo eléctrico alterno de muy alto voltaje (decenas de miles de voltios) y alta frecuencia, dentro de una esfera de vidrio sellada, en cuyo interior hay un gas inerte a muy baja presión, por lo que se forma plasma por el mecanismo explicado en el párrafo anterior.
Sin embargo, el campo eléctrico que genera la bola se extiende más allá de la esfera de vidrio, y es suficiente para ionizar el gas inerte a baja presión contenido en su interior. Además, podemos usar nuestro propio cuerpo como conductor eléctrico y toma de tierra parcial y limitar hasta dónde se enciende el fluorescente tocando la superficie del vidrio.
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