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COMIENZA EL JUICIO EN LLEIDA
Reconoce matar a su suegro con una barra de hierro al sentirse menospreciado
José Enrique B.N., el acusado, su mujer y la víctima vivían juntos desde hacía trece años, aunque la relación entre yerno y suegro "no era muy buena", ya que el anciano "siempre hacía lo que quería".
El acusado de matar a su suegro en una finca rural de Massalcoreig (Lleida), José Enrique B.N., ha reconocido que golpeó al anciano, de 83 años, con una barra de hierro, después de que ambos iniciaran una discusión porque el imputado se sentía permanentemente menospreciado.
El juicio con jurado popular por este crimen ha empezado en la Audiencia de Lleida con la declaración del único acusado, que ha explicado cómo la tarde del 5 de diciembre de 2010 acabó con la vida de su suegro, Esteve Moret, propinándole varios golpes con una barra de hierro de aproximadamente un metro de largo.
Tras cometer el crimen, José Enrique B.N. arrastró el cadáver hasta una arqueta de riego cercana y lo arrojó en su interior, con el objetivo de simular un robo o un accidente. La Fiscalía pide para el acusado 19 años de prisión por un delito de asesinato, al considerar que agredió al anciano de forma sorpresiva.
Según la fiscal, Esteve Moret estaba sentado en el almacén, limpiando ramas de olivo, cuando su yerno le atacó por la espalda con la barra de hierro, golpeándole al menos diez veces en la cabeza y el cuerpo y sin darle la posibilidad de defenderse.
"Lo mató de forma alevosa", ha asegurado la fiscal, que sostiene que el detenido, para el que pide además el agravante de parentesco, actuó "fríamente" y en plenitud de sus facultades mentales. La defensa, sin embargo, tratará de demostrar en el juicio, que se prolongará hasta mañana, que "en ningún caso existió alevosía" y que por lo tanto José Enrique B.N. no se enfrenta a un delito de asesinato, sino de homicidio.
El abogado pide además para el acusado el atenuante de arrebato y obcecación, ya que éste, ha dicho, actuó en un estado mental que le impedía valorar lo que estaba haciendo o frenarse a tiempo y era por lo tanto incapaz de controlarse. José Enrique B.N., su mujer, Griselda Moret, y la víctima, Esteve Moret, vivían juntos desde hacía trece años, aunque la relación entre yerno y suegro "no era muy buena", ya que el anciano, ha dicho el acusado, "siempre hacía lo que quería" y le reprochaba continuamente que no hiciera bien las cosas.
El 5 de diciembre de 2010, los tres fueron a pasar el día a una finca rural situada en el término municipal de Massalcoreig, donde la jornada empezó con una discusión entre José Enrique B.N. y Esteve Moret sobre qué leña utilizar para el fuego. Después de la comida, José Enrique B.N. y su esposa se fueron al exterior a recoger olivas, mientras que Esteve Moret, como hacía mal tiempo, se quedó sentado en el almacén limpiando algunas ramas.
Sin embargo, un rato después, José Enrique B.N. regresó al almacén y, al encontrarse a solas con su suegro, según su versión, le preguntó por qué siempre le menospreciaba, a lo que el anciano le contestó que "no tenía ni donde caerse muerto". Los dos hombres se enzarzaron entonces en una fuerte discusión, hasta que José Enrique B.N. cogió una barra de hierro que había apoyada en la pared y empezó a golpear a su suegro. Ha señalado no recordar cuántos golpes le dio ni dónde le pegó, aunque ha asegurado que Esteve Moret no estaba sentado cuando le atacó, sino que se encontraba de pie frente a él.
"No sé si fue por miedo de la atrocidad que hice, que lo cogí y lo arrastré desde dentro del almacén hasta la arqueta", ha declarado el acusado, que ha dicho no recordar si trasladó el cadáver hasta allí con sus manos o bien con una pala tractora. José Enrique B.N., que ha reconocido no haber sufrido nunca problemas psiquiátricos, aunque sí que ha pensado alguna vez en el suicidio, ha remarcado también que su mujer no vio nada de lo sucedido, ya que se encontraba en la finca de un vecino.
En un primer momento, Griselda Moret fue detenida junto a su marido como sospechosa del crimen, aunque finalmente el titular del juzgado de instrucción número 4 de Lleida archivó la causa contra ella al considerar que no participó en la muerte de su padre ni encubrió el crimen.
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