Es lo último para evitar el robo de cobre. Rocían con un producto los cables del alumbrado público y al pasar una linterna de luz ultravioleta se descubre un intenso color azul. Pero además, si se hace zoom al máximo la mancha azul se desintegra en 'micropuntos', que son cientos de códigos con valiosa información. "Las letras que aparecen son como un DNI. Si un cable acaba en Galicia, un cuerpo policial gallego podrá determinar de dónde proviene", asegura Daniel Ortiz, un experto en seguridad tecnológica.
El spray identifica el cable, pero también queda marcado en la piel del ladrón. Sería una prueba objetiva de que estuvo en el lugar de los hechos. "Impregnamos un ADN en la piel a través de unos sistemas de seguridad", afirma Eduard Camón, especializado también en seguridad tecnológica. "La detención es complicada, por lo que estas herramientas nos permiten detectar cuándo alguien está actuando", dice el policía local de Valencia José Luis Diego.
Los agentes de la Policía local controlan con una aplicación toda la red de alumbrado. Cada punto verde es una farola y, si se produce un robo, salta una alarma en tiempo real. "Podemos ver el tramo que tramo que está sufriendo el ataque", explica el gerente de una empresa de seguridad Germán Ormaza. Las empresas de compraventa de chatarra ven positivo poder identificar el cobre de dudosa procedencia, ya que sólo en la ciudad de Valencia el robo de este metal provocó 200.000 euros de pérdida en 2012.
