En los últimos días se han producido hasta siete incendios en unos
edificios abandonados y ahora habitados por okupas. Basura,
desperdicios, colchones e incluso bombonas, se acumulan en los edificios
y suponen un grave peligro.
Desde que la empresa propietaria de
los inmuebles quebró hace tres años, la solución ha quedado en un limbo.
Entre las peleas y los fuegos, la situación, aseguran los vecinos, es
insostenible.
"Estamos bastante asustados", asegura una de las
vecinas. Otra explica, "Lo mismo hay conflicto entre ellos (okupas) y se
pelean, y meten fuego, o incluso hacen barbacoas en las ventanas".
En
los últimos meses han llegado a engancharse hasta el agua, la situación
se prologan desde hace 3 años, pero el ayuntamiento asegura que no
puede llevar a cabo un desalojo al no tratarse de una ocupación
permanente.
A la espera de que los tribunales se pronuncien, los
vecinos están perdiendo la paciencia por eso no descartan movilizaciones
en los próximos días.