Un senador estadounidense puede hablar y hablar y seguir hablando siempre que no deje el escaño ni abandone su turno de palabra. La táctica del filibusterismo ha sido empleada históricamente para bloquear propuestas legislativas o como este caso, recriminar el nombramiento de alguien.
El porqué del maratoniano discurso del filibustero Paul
“Pido la palabra para ‘filibustear’ la nominación de John Brennan a la CIA. Hablaré hasta que no pueda hablar más, hablaré todo lo que pueda hasta que resuene de costa a costa que la Constitución es importante, de que existen derechos, de que los derechos a ser juzgado son preciados y de que ningún estadounidense debería ser asesinado por Drones en terreno estadounidense sin ser primero imputado el delito”.
En el boicot no apunta a razones personales: “No me levanto para oponerme a la nominación de John Brennan simplemente por la persona. Me levanto hoy por los principios. El principio es uno y es que como estadounidenses hemos luchado largo y duro para no dejar esos principios. Para no abandonar la declaración de derechos, para no dejar la protección de la quinta enmienda que dice que ninguna persona puede ser retenida sin un proceso, que ninguna persona puede ser condenada a pena de muerte sin haber sido acusado”.
Un filibustero abre informativos y diarios
Si se quiere salir del ostracismo de Washington es un gran artilugio mediático. Aunque Paul no lo necesite –es hijo del representante y ex candidato a la nominación republicana a la presidencia de la Casa Blanca Ron Paul- le puede ayudar para marcar distancias con este.
Los apoyos a Rand Paul
Tedio mediante, algunos compañeros han animado y empujado su valentía. Es el caso de los senadores Ted Cruz, Mike Lee o Marco Rubio –mirlo latino del ‘tea party’- quienes para dar aliento –y nunca mejor dicho- se han unido al soliloquio con preguntas. Instantes que Paul empleaba para beber, tragar saliva o simplemente respirar sin dialogar.
Grandes filibusteros en la historia parlamentaria: 24 horas hablando ‘nonstop’
A pesar de las 13 horas, Paul no se acerca al récord. En 1957 el senador Strom Thurmond habló durante 24 horas y 18 minutos en contra de la Acta de Derechos Civiles de 1957 según las fuentes del propio senado. El segundo del ranking es Alfonse D’Amato –todo un especialista- quien en 1986 habló durante 23 horas y 30 minutos. Completa el podio Wayne Morse ‘El tigre del Senado’ con 22 horas y 23 minutos en 1953.
Brenan sigue sin la ratificación del Senado para su cargo
La consecuencia es que la CIA sigue sin director ejecutivo. A pesar de que demócratas y republicanos tenían pactado un mínimo de 60 votos para que la nominación de Brennan saliera adelante, la comparecencia de Paul ha frenado, hasta nueva convocatoria su designación. Trece horas de protagonismo han tumbado al Senado.