Hace 50 años este era el anuncio del coche estrella. Un cadillac llegado del cielo que pronto la televisión relegó al coleccionismo. Habla, salta y hasta aparca en marcha. La serie ponía muy alto el listón a la industria del motor. Tres décadas después lo que se ve a la vuelta de la esquina sí se parece a un coche fantástico.
Este sin conductor ya cuenta con permiso de circulación. Desde marzo el automóvil que anda solo es legal en Nevada, Estados Unidos. Basta con programar la ruta y el sistema analiza en tiempo real el estado de la carretera y las señales de tráfico. Por tener, también tiene Internet, pero eso, ya es lo de menos.
Las compañías de coches se esfuerzan en cumplir lo que antes pensábamos imposible. Apretar un botón y mientras nos ponemos el abrigo, el automóvil sale del garaje. Eso en el presente. En el futuro será más fácil buscar sitio en el parking gracias a un equipo de sensores que localizarán la plaza libre.
Ese dibujo de lo que nos espera incluye cambios dentro de las fábricas y en los accesorios. Cambiar el color de una tapicería de cristal hoy es imposible aunque el material que lo permitiría ya existe. Es 30 veces más duro que el plástico y se utiliza en muchos teléfonos móviles. Cristal casi irrompible para el modelo del futuro. Pero que los ingenieros tomen nota: un coche con buena voz también ayudaría a subir las ventas.