Bajo la mirada de los curiosos, iban superando las pruebas. La más complicada: convertir el curriculum en un avión y conseguir encestarlo. Quieren recordarnos que el trabajo no tiene por qué ser gris y que el humor ofrece beneficios a la empresa y a su equipo humano.
Una vez más queda demostrado que el trabajo no es el polo opuesto de la diversión.