Guerra Rusia Ucrania

La nadadora Teresa Perales ayuda a traer a España a una rival ucraniana y a sus hijos: "Ya están conmigo"

Hace 18 años eran rivales que celebraban sus medallas paralímpicas de natación. Ahora, Teresa Perales ha ayudado a Olena Akopyan a salir de Ucrania y a instalarse en Zaragoza junto a sus hijos.

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La ucraniana Olena Akopyan, parapléjica y nadadora profesional, se ha visto obligada a escapar de su país debido a la invasión rusa. No era un operación fácil, pero la intervención de su amiga y competidora, la española Teresa Perales, ha hecho que ya esté refugiada a salvo en España.

"Cuando empezó a escuchar las bombas, cogió todo lo que pudo y comenzó una odisea de huida"

“Todos los días me despierto y lo primero que pienso es en toda la gente de Ucrania que está sufriendo tanto. Hoy estoy muy contenta porque he conseguido hablar con una nadadora amiga”, decía Perales en su cuenta de Twitter apenas cuando arrancó el conflicto bélico.

Y es que su amiga Olena, que vivía cerca de Kiev, estaba intentando huir de las bombas hacia el interior del país. “Tiene dos niños y ella va en silla de ruedas de ruedas. Los búnkers no son accesibles. Su marido se quedó obligatoriamente donde vivían. Me siento impotente”, lamentaba la aragonesa. "Carretera y manta, es el espíritu de una mujer que por encima de todo quiere salvar a sus hijos", ha explicado Perales.

Sin embargo, todo ha terminado bien: “Después de días de incertidumbre y de mucho miedo por sus vidas, Olena y sus hijos, ya están conmigo. Agotados, pero a salvo. Este abrazo lo dice todo”, ha publicado la Premio Princesa de Asturias del Deporte en sus redes sociales.

Olena vivía en Brovary, a apenas 20 kilómetros de distancia de Kiev, la capital ucraniana que todavía hoy sigue bajo asedio: “Cuando empezó a escuchar las bombas, cogió todo lo que pudo y comenzó una odisea de huida para salvar a sus hijos”.

27 horas al volante

Así, recorrió 736 kilómetros durante 27 horas seguidas conduciendo con destino a un centro paralímpico de rehabilitación en Lviv Oblast. Y es que Olena es una “parapléjica, con un pie roto, mellizos de 11 años y dos gatos. Un auténtico ejemplo de valentía y de voluntad sobrehumana”, explica Teresa Perales.

Según indica, desde el centro paralímpico organizaron cómo podían trasladarlos a España. Antes, permanecieron descansando durante diez días en el centro, donde estaban unas 125 personas más: 40 niños y 3 bebés, 15 personas en silla de ruedas. Ambas habían sido "muy rivales" en la piscina y recuperaron el contacto en los Juegos de Tokio, ahora “después de tres días de viaje, y solo dos noches en el camino (estas sí, en hotel) y por fin a salvo”. Ahora, 18 años después, vuelven a estar juntas.

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