La fiscalía del estado mexicano de Guerrero cifró hoy en 28 los cuerpos hallados en las fosas en las que se busca a los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos tras una acción policial que derivó en la muerte de seis personas hace una semana y detalló que los restos humanos están todos carbonizados.
En una rueda de prensa en Acapulco, en la costa guerrerense, el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE, fiscalía), Iñaky Blanco, afirmó además que se ha dictado formal prisión contra los 22 policías detenidos por este caso, a los que se acusa de actuar de forma coordinada con la delincuencia organizada.
Blanco anunció que como parte de la investigaciones "serán recabadas muestras biológicas para la elaboración del perfil genético" de los restos humanos y ver si coincide con los que poseen "las personas que tengan familiares desaparecidos" en el estado.
El fiscal detalló que en el lugar del hallazgo de las seis fosas comunes, con cuyo paradero fue posible dar el sábado a raíz del testimonio de los policías y delincuentes detenidos, "existen cuencas de agua y hay que caminar dos kilómetros" para llegar hasta la zona. De los 28 cuerpos descubiertos, los cuales han sido trasladados a las instalaciones del Servicio Médico Forense, "hay algunos completos y otros fragmentados".
Además, presentan "signos de calcinación" porque sobre los ellos "se colocó una cama de ramas y troncos" a la que se prendió fuego "con gasolina y petróleo", relató.
Al margen del personal de la fiscalía, trabajan en las labores forenses miembros de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, equivalente al Defensor del Pueblo en México, y nueve especialistas de Argentina, encabezados por Mercedes Doretti, perteneciente al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
