Damián le pide a Andrés que en su ausencia controle a Jesús... ¡Pero él lo escucha todo!

Damián está muy preocupado por el futuro de la fábrica de la Reina. Si él falta, sabe que Jesús hará y deshará a su antojo, por ello quiere pararle los pies cuanto antes. Tras su fuerte discusión por la reforma de la fábrica, y descubrir que su hijo desoyó sus órdenes, no se fía de él, ni de que le venda la empresa a los franceses.

A pesar de la gravedad de su estado, el patriarca ha decidido cambiar su testamento y dejarles la empresa a sus tres hijos como partes iguales. Los tres son propietarios por igual, algo que a Jesús no le ha sentado nada bien.

Pero ahora ha ido a más, Damián ha hablado con su recién llegado hijo pequeño, Andrés, y le ha pedido un último favor: que se quede en Toledo y se haga cargo de sus responsabilidades de la empresa. Al principio, Andrés no lo ha entendido bien, además ha alegado que él y su hermano nunca conseguirán entenderse. Pero su padre ha insistido: "Necesito a alguien que controle a Jesús", le ha dicho muy preocupado. Ya que Damián teme las decisiones que tome su primogénito si él falta: solo le interesa el dinero.

Durante toda la conversación en la que Damián le explicaba el viraje de Jesús a su hijo pequeño... ¡Este estaba detrás de la puerta oyéndolo todo! Jesús ha escuchado perfectamente como su padre ha delgado en su hermano Andrés, a quien tantos celos le tiene. Y le ha pedido que estuviera pendiente de él... ¡No puede creerlo!

¿Hará algo Jesús para vengarse de su padre? ¿Conseguirá quedarse con la empresa?