Una lección brutal
Evren arrincona a Uras en su despacho y lo obliga a enfrentarse a sí mismo: “No eres víctima de nada”
El pasado ya no le sirve como excusa. Uras ha intentado justificarse, pero Evren le ha soltado una verdad que lo ha desarmado por completo.

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Evren ha entrado en el despacho de Uras sin avisar. Había visto su coche destrozado en el aparcamiento y ha dicho que todo el hospital se estaba haciendo preguntas. También ha admitido que pensó que ya no volvería.
El hijo de Bahar, muy enfadado, ha respondido con sarcasmo. Ha insinuado que Evren disfruta viéndolo caer y que, ahora que su madre no le hace caso, tiene vía libre para ir a por ella. Pero Evren no ha mordido el anzuelo y ha sido más claro que nunca: “No estoy aquí por Bahar. Estoy aquí porque tú sigues viviendo como si nada fuera culpa tuya”.
Uras ha explotado. Ha pedido que lo deje en paz. Entonces, Evren ha ido directo al grano: “Quiero que asumas lo que has hecho. No lo que te hicieron. Lo tuyo”.
Conteniendo las lágrimas, ha empezado a hablar de su padre, de la decepción, del miedo a parecerse a él y del daño que arrastra desde niño. Ha reconocido que nunca quiso convertirse en ese hombre, pero que ha pasado.
Sin embargo, el cirujano le ha abierto los ojos al instante. Le ha dicho que abajo, en urgencias, una paciente se muere porque su hija no quiere verla. Que esa mujer no culpa al pasado, ni a la vida, solo paga las consecuencias de lo que hizo: “No eres víctima de nada. Has sido infiel tú”.
Uras se ha quedado callado, por primera vez sin excusas. Evren ha dado la vuelta para irse, pero antes le ha dado un consejo: “Deja de huir. Aprende. Es lo único que puede salvarte”.
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