Mejores momentos | Capítulo 4
José pide la mano de Catalina, pero Inés se la niega: “Primero debéis conoceros”
La ilusión de Catalina se ha frenado en seco: Inés quiere que su hija y José se conozcan antes de hablar de boda.

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Catalina no podía dar crédito a lo que veía cuando lo encontró dentro del pazo: José, su prometido en Cuba, había llegado sin avisar. La emoción la desbordó y corrió a abrazarlo con alegría, feliz de tenerlo de nuevo cerca tras tanto tiempo separados.
José explicó que no había mencionado nada en sus cartas porque quería sorprenderla. Ni Inés ni el servicio esperaban aquella visita, aunque la verdadera sorpresa aún estaba por llegar.
Tras los saludos, José tomó aire y se armó de valor para confesar el motivo de su viaje: había venido a pedir la mano de Catalina. Contó que ya contaba con la aprobación del señor Valdés, pero esa noticia no fue bien recibida por todos.
Inés fue tajante. Le recordó que el permiso de su marido no bastaba y que ella no daría su consentimiento tan a la ligera. “No hasta que os conozcáis mejor. Sois muy jóvenes y el matrimonio es para toda la vida. Equivocarse causa mucho dolor”.
Aun así, José no perdió la calma. Aseguró que comprendía sus reservas y que, precisamente por eso, había decidido viajar hasta Punta do Bico: quería que Inés lo conociera en persona y viera por sí misma que sus intenciones eran sinceras.
Finalmente, Inés accedió a que se quedara en el pazo durante una temporada. Ordenó que le prepararan una habitación y, aunque lo recibió con cortesía, dejó claro que lo mantendría bajo observación. En el fondo, algo le dice que ese joven oculta algo.
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