Elena desprecia a Federico y se burla de su enfermedad: "¡Se te ha comido la lengua el gato!"

La visita de Elena a Federico en la clínica de reposo tras sufrir un ictus severo se ha convertido en un encuentro cargado de tensiones. En lugar de mostrar compasión, Elena se ha mofado de su marido, culpando a Rosa de su situación.

Con un tono sarcástico, Elena ha ridiculizado a Federico, diciéndole: "¡Ay, que a don Federico se le ha comido la lengua el gato!".

Además, le ha reprochado, llamándolo egoísta, que a partir de ahora ella tendrá que asumir la responsabilidad de la empresa, la familia y el patrimonio.

Con desprecio, la mujer le ha dicho que irá a visitarlo de vez en cuando, dejándole claro que está mejor en la clínica que en cualquier otro sitio. Mientras la escuchaba, Federico, incapaz de hablar, se ha puesto muy nervioso. Ahora, sabe que Elena es una mala persona y las palabras de Rosa sobre su implicación en las muertes de Mario y Chimo comienzan a cobrar sentido.