Nos lo cuenta
Ramiro vive obsesionado por su toc extremo: "Humanizo los objetos y siento que, si me como una magdalena, dejo a otra sola"
Desde los 9 años, Ramiro comenzó a obsesionarse con ciertos patrones que a día de hoy lleva al límite. El orden, la simetría o los números pares son solo algunas de las cosas que condicionan su rutina.

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Ramiro padece un toc extremo que hace que todas sus obsesiones las lleve al límite. Estas muchas veces dominan su vida, hasta el punto de que le han reconocida una incapacidad.
Todo comenzó a los 9 años, cuando se dio cuenta de que no podía deshacerse de ciertos pensamientos que le obsesionaban. "Para mí todo tiene una lógica, no puedo comerme una magdalena y dejar a otra sola", señala.
Algunas de sus mayores obsesiones son los números pares o la simetría. Además, es incapaz de elegir entre varias cosas, ya que siente que está "rechazando" el resto. "Mi problema es que atribuyo humanidad a los objetos, si compro una cosa, las otras se me ponen a llorar", nos cuenta.
Su toc extremo llegó a costarle el matrimonio y asegura que le condena diariamente. "A mi mujer le afectó, es la primera que me llevó al psiquiátrico", afirma Ramiro, "soy prisionero de mis obsesiones, es un sufrimiento brutal".
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Hoy, Ramiro convive con un toc que le condiciona cada segundo de su vida, aunque ha aprendido a que hay ciertas cosas contra las que la mente no puede luchar. ¡No te pierdas su entrevista en el vídeo de arriba!
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