Nos visita en plató
La cena de la residencia de mayores en la que está la hermana de Leonor: "Un sándwich de fiambre con moho"
Su hermana lleva 17 años en la misma residencia, y denuncia que la comida que le dan no es de calidad, por lo que pasan hambre. Además, ha dejado claro que por cada residente pagan 4 euros para la comida, algo insuficiente para que los alimentos que consuman sean de calidad.
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La preocupación de muchos familiares por lo que comen sus padres en las residencias no se limita solo al caso de Tomás, con quien hablamos en 'Y ahora Sonsoles', que confesó que lo que tomaba no era "ni para dárselo a los perros".
Leonor, otra mujer afectada, ha visitado el plató del programa para contarnos cómo vive ella su experiencia en una de estas residencias por una invalidez, ya que ella no podía seguir cuidándola. En este caso es su hermana la que está interna en Madrid desde hace 17 años.
Ella conoce el caso de Tomás, que también estuvo en el programa, que contó que ahora está mucho mejor, pero eso es porque está en una residencia pública, mientras que la hermana de Leonor está en una residencia pública con gestión privada, y come por 4 euros al día.
"Son empresas que van a ganar dinero", ha dejado claro y considera que con un poco de control se podría hacer mejor.
Ha asegurado que los menús son "bastante mediocres" y que hace apenas unos días la cena fue un sándwich con dos dedos de mantequilla y un fiambre con "un aspecto muy raro".
"La carne es negra completamente y no sabes qué tipo de carne es", ha dicho, además de que los alimentos son de mala calidad, y es que su hermana, ha dicho, se lo come todo y allí no es capaz de comer, por ejemplo, pescado.
"Son empresas que van a ganar dinero"
Leonor considera que es mejor que coman triturado a eso y, además, ha confesado que en la residencia ha habido recientemente un brote de vómitos y diarrea, algo que no padecieron aquellos que comen triturado.
Ella a veces la lleva fuera y su hermana disfruta mucho de la comida, pero cuando vuelven, si se encuentran mal, son los propios empleados quienes les piden que no les den de comer porque no les sienta bien la comida de fuera.
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