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POR CUESTIONES ECONÓMICAS, SEGÚN SU HIJO
Los Ruiz Mateos, obligados a abandonar su mansión de Somosaguas
José María Ruiz Mateos abandona su casa de Somosaguas. Hay quién dice que son sus propios hijos los que están detrás de esta mudanza y otros aseguran que dejan la casa por miedo a represalias de los afectados de Nueva Rumasa. En cualquier caso, esta casa ha sido el bunker de la familia Ruiz Mateos.
La casa de José María Ruiz Mateos y su familia en Somosaguas es una mansión de 1700 metros cuadrados ubicada en una parcela de 7000, en una de las urbanizaciones mas exclusivas de Madrid. Está valorada en unos 10 millones de euros. En sus tres plantas, Teresa Rivero ha criado a sus 13 hijos. Niños que ya adultos ocuparon los cargos de responsabilidad en Nueva Rumasa. Desde los 13 despachos de la planta baja, la familia movia los hilos de su red empresarial en los días de gloria.
Todos los grandes y peores momentos de Ruiz Mateos están asociados a este chalet. Cuando en febrero del 83 se expropia Rumasa, a la puerta de esta casa Ruiz Mateos explota su papel de víctima. La historia y la localizacion se repiten años depués. Con la caída de Nueva Rumasa la finca se convierte en un hervidero de actividad. Es aquí, en una de sus habitaciones, donde con nocturnidad, se gesta la venta de las 75 sociedades del holding al liquidador Ángel de Cabo al simbólico precio de un euro por acción. En febrero de 2012 la policia registraba la propiedad durante 15 horas. El juzgado trataba de averiguar dónde estaban los 290 millones de euros de los pagarés de Nueva Rumasa.
Álvaro Ruiz Mateos, en declaraciones a Espejo Público ha desmentido que los hijos hayan obligado a sus padres a abandonar esta casa. "Si eso fuera cierto, ¿cómo se iba mi padre a trasladar a una casa de uno de sus hijos?. Mi hermano se la cede sin problemas. Es una mentira más del hombre que se casó con mi hermana Begoña (en referencia a Antonio Biondini)". Ruiz Mateos afirma que detrás de este traslado solo hay cuestiones económicas. "Aunque la gente no se lo crea, nosotros no tenemos un duro y vivir en esa casa es demasiado caro de mantener. No nos lo podemos permitir. Solo en calefacción gastábamos cerca de 500 euros al mes".
Sea como fuere, el que fuera centro neurálgico de la vida familiar, social y económica de los Ruiz Mateos se queda vacía.
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