"En Tibidabo sólo se revisaron elementos electrónicos"

Guillermo, preguntado en el programa de Antena 3 por las medidas de seguridad de las ferias, Guillermo ha afirmado que el colectivo de feriantes monta y desmonta sus aparatos con una frecuencia de siete días como máximo, y gracias a ello al desmontar pieza por pieza pueden percatarse de su mal estado o ver si alguna parte presenta síntomas de oxidación.

El mismo día del accidente, la atracción fue revisada a las cuatro menos cuarto ya que los usuarios escucharon ruidos sospechosos. En tan sólo diez minutos, el aparato estaba revisado y abierto de nuevo. El entrevistado ha afirmado que probablemente sólo se revisasen elementos electrónicos como el engranaje. La base, que aparentemente parece muy firme, no fue examinada. El anclaje al suelo es de difícil revisión, ya que para ello hay que desatornillarlo, quitar el aparato y sustituir esos tornillos por otros. Aparentemente el anclaje es muy robusto, pero no siempre es así. También ha añadido que la humedad de Barcelona ha influido en su desgaste.

Guillermo también ha afirmado que este tipo de accidentes como el de Tibidabo, no hubiera podido ocurrir en sistemas ambulantes. Los aparatos de la feria se apoyan en el suelo, nunca van anclados ni atornillados al suelo como en el caso de los parques de atracciones. Si hubiera tenido unos puntales de apoyo de derecha a izquierda hubiera estado mejor diseñado. Debería haber tenido mayor superficie de apoyo o se tendría que haber evitado la sujeción en un único punto central. A pesar de ello ha afirmado que ese tipo de revisiones no son ‘normales’. Cualquier chirrío o ruido extraño debe revisarse a conciencia.

El parque de atracciones ha ordenado una inspección paralela a la oficial.