Médicos, enfermeros y técnicos de emergencias de toda España han podido comprobar cómo se desenvuelven los casi sesenta sanitarios habituales de los encierros en una situación limite, ya que, tras una carrera con reses vivas, aunque no bravas, han tenido que atender a los supuestos heridos y trasladar a algunos de ellos a los centros sanitarios.
En esta ocasión, aunque los organizadores han buscado el máximo parecido, la carrera, que ha contado con la participación de unos 200 corredores voluntarios, ha discurrido por la tarde y solamente en un tramo de la calle Estafeta hasta la plaza de toros, a cuya entrada los mozos han formado, al caer, un montón.
Cornadas, golpes, fracturas y otras contusiones han recibido inmediatamente atención por parte de los sanitarios, como hacen habitualmente cada mañana del 7 al 14 de julio durante los Sanfermines.
De esta forma, según han señalado los organizadores en un comunicado, se ha querido "mostrar a los profesionales sanitarios de todo el país la organización de asistencia a un encierro en lacalle".
También se ha pretendido "chequear la intervención de los servicios de urgencias que trabajan en los encierros de San Fermín, en el supuesto de un montón que provocase múltiples heridos de gravedad, con especial hincapié en cuanto a la transmisión de información y la coordinación del dispositivo", así como proponer a los organismos que gestionan estas carreras las líneas de mejora quepueden surgir del propio ejercicio.
El simulacro ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Pamplona y la colaboración de pastores del encierro y corredores, que han participado junto con miembros de Cruz Roja, DYA, bomberos de la Agencia Navarra de Emergencias, médicos y enfermeras del Servicio Navarro de Salud y personal sanitario de la Plaza de Toros.
