Alicante

Un hombre se lanza al agua para evitar la muerte tras ser embestido por un toro en Moraira (Alicante)

Lo que iba a ser un espectáculo taurino en el municipio de Moraira (Alicante) ha estado a punto de acabar en tragedia. Un hombre ha sido embestido por el toro y se ha tenido que lanzar al agua para salvar la vida. Luego, ha sido trasladado al hospital.

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Susto enorme en el municipio de Moraira (Alicante), después de que un hombre fuese embestido por un toro en repetidas ocasiones. El individuo, que ha sufrido una cornada en la ingle, ha debido ser trasladado al hospital de manera urgente para que se pudiera revisar si tenía alguna lesión que fuera considerada de gravedad, aunque, de momento, todo apunta a que se trata de una cornada que no ocasionará más daños que los que ya se conocen.

El hombre en cuestión, después de ser embestido, se lanzó al agua para salvar su vida, viéndose en una situación muy apurada que podía haber tenido un fatal desenlace. No es la primera vez que sucede algo así, e incluso ha habido ocasiones en que el toro también se ha tirado al agua y ha causado un tremendo susto entre los bañistas, que han debido salir muy apurados para evitar que ellos también pudiesen sufrir una hipotética cogida.

Esta situación es más frecuente en los Sanfermines, donde todos los mozos corren para evitar ser pillados por los toros antes de que lleguen a la plaza, lugar en el que termina cada corrida. La diferencia está en que, este último caso, celebrado en la Comunidad Foral de Navarra, no permite lanzarse al agua salvo que tengan piscina en la plaza.

Seguridad ante todo

Las autoridades advierten del peligro que supone exponerse a los toros en una corrida. Si un torero ya no suele estarlo, tampoco pueden estarlo los aficionados que se enfrentan al animal, y también estando sin protección. Si una persona se sitúa a escasos metros de un toro, y en un sitio donde no tenga capacidad de correr, es muy probable que pueda sufrir una cornada, aunque hay menos posibilidades si ocurre en una zona abierta y grande, como una plaza.

Entre las normas más frecuentes, que deben cumplirse con los toros, se halla la de no agarrarles por los cuernos, no golpearles y por supuesto, no causarles ninguna herida intencionadamente, dado que, si se comete algún acto de este tipo, cuando la persona no ve en peligro su vida, puede llegar a ser sancionada.

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