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JUSTICIA

La Guardia Civil muestra su frustración ante las condenas contra algunos delincuentes

Ismael Arriero, "El Isma", es un presunto delincuente que fue detenido por formar parte de una banda de aluniceros. Tres meses después, ya está en libertad. Esta situación se repite habitualmente con butroneros, carteristas o asaltantes de camiones. Algunos agentes de las Fuerzas de Seguridad ya han comenzado a mostrar públicamente su frustración.

“El Isma”, presunto jefe de una banda de aluniceros y ladrones de coches, fue  detenido en marzo junto a otras 26 personas. Le fueron incautados objetos robados, 32 kilos de oro en joyas, vehículos sustraídos, un millón de euros en efectivo, armas y chalecos antibalas. Tres meses después ya está en libertad. Hace un mes la Guardia Civil detenía a siete presuntos butroneros del clan de los Bote Vargas. El juez los deja en libertad sin pasar siquiera por prisión. La Guardia Civil, con cierta ironía, deja clara su frustración.

Los jueces argumentan que la prisión provisional es una medida excepcional para casos en los que los sospechosos puedan huir o destruir pruebas, algo que no suele suceder en este tipo de delitos. Además, un robo con fuerza en las cosas apenas supone tres años de condena y la prisión a la espera de juicio debe ser proporcional a esa pena. Las Fuerzas de Seguridad quieren que la actividad de estas bandas sea vista en conjunto, como grupos organizados y reincidentes. El Gobierno estudia contemplar la multireincidencia en una próxima reforma del Código Penal.

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