Gemelas Sallent

La familia de las gemelas de Sallent, molesta con la Conselleria de Educación por descartar el bullying

La familia critica que la Conselleria de Educación descartase que las gemelas sufriesen acoso escolar cuando los Mossos acababan de iniciar la investigación.

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La familia de Alana y Leila, las dos gemelas que se tiraron de un tercer piso en la localidad barcelonesa de Sallent, insiste en que ambas sufrían bullying y están muy molesta con la Conselleria de Educación catalana que, en un principio, descartó la teoría del acoso escolar. Alana perdió la vida, mientras que Leila se encuentra en el hospital, en estado crítico.

Apenas habían pasado unas horas del trágico suceso y la Conselleria tenía claro que no se trataba de un caso de bullying justo cuando, en ese momento, los Mossos d'Esquadra se encontraban en el inicio de la investigación. Las menores de 12 años dejaron una carta despidiéndose, asegurando que sufrían acoso.

La familia de las gemelas de Sallent, molesta con la Conselleria

En esa misma línea, este viernes, el abuelo de las dos gemelas de Sallent, Gustavo Lima, ha insistido en que las niñas sufrían acoso escolar y que por eso decidieron quitarse la vida. La familia está muy molesta con la Conselleria de Educación catalana, que directamente descartó esa opción.

Sin embargo, un día después, afirman lo contrario y sí que plantean que pueda tratarse de acoso escolar. El conseller de Educación, Josep González-Cambray, ha señalado al instituto, asegurando que en ningún momento les informaron de que las niñas estuvieran recibiendo burlas. "El centro educativo no había detectado ningún tipo de acoso escolar", apuntaba González-Cambray.

El entorno de las niñas de Sallent pide justicia

La familia reitera el problema estaba en el colegio y no en casa. Gustavo afirma que "cree" a su hijo y a las niñas porque "está en las cartas". Señala que las niñas querían volverse a Argentina por culpa de esta situación, en especial Alana, la gemela fallecida, con la que había hablado hace 20 días.

"Me hizo una sonrisa, como que me quería contar algo y, al mismo tiempo, lo ocultaba", recuerda Gustavo, "se había cortado el pelo y quería llamarse Iván". "Yo tuve una conversación cuando se cortó el pelo y me hacía una sonrisa. Le dije: 'Te queda hermoso, mi vida. Te puedes poner lo que quieras y te puedes cortar el pelo como quieras porque eres divina'", explica. La joven, en su carta de despedida, confesó que se sentía incomprendida.

"Sé que les habían pegado e insultado varias veces porque eran argentinas", asevera Cristina Puga, amiga de los padres, quienes, según ella, insistían en que se detuviese esta situación cuanto antes, "pero nadie hizo nada". Ahora, el entorno de las niñas pide justicia, y la Conselleria ya investiga si hubo errores.

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