Gestación subrogada
Cómo un grupo de mujeres en Vigo logró que la Justicia cerrara webs de gestación subrogada
Por primera vez en España, la Fiscalía ha conseguido cerrar páginas web que publicitaban la gestación subrogada, una práctica prohibida en el país desde 2006. Detrás de este logro judicial hay una pequeña asociación de Vigo, As Furias, que fue la primera en presentar una denuncia documentada sobre la publicidad ilegal de estas prácticas.

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"Como feministas siempre analizamos la explotación de los cuerpos de las mujeres. Este tema nos tocaba de lleno", afirma Allison Iglesias Alonso, miembro de As Furias, una pequeña asociación feminista de Vigo en la que se trabaja desde hace años por la integridad de las mujeres. En 2023, el grupo decidió centrar su trabajo en investigar el negocio de los vientres de alquiler en España.
Tras varios meses de trabajo colectivo, As Furias detectó 44 bufetes de abogados que ofrecían en sus páginas servicios de intermediación y asesoramiento para familias interesadas en tener hijos mediante gestación subrogada en el extranjero. "Encontramos bufetes que explicaban cómo viajar a otros países, contratar a una madre y registrar después al bebé en España. Algunos de esos nombres siguen operando, aunque hayan cambiado su presentación", denuncia Iglesias.
El informe fue entregado al Valedor do Pobo y a la Policía. De allí, el caso pasó a las fiscalías de Barcelona y Madrid, donde se inició un procedimiento para determinar si existía publicidad ilegal. Aunque en un principio se descartó la vía penal, al no constar gestaciones concreta, se abrió una investigación en el ámbito del consumo y de la competencia desleal.
La fiscal Paloma Pelegrín explicó ayer que se trataba de la primera vez que se lograba cerrar páginas que publicitaban la gestación subrogada en España. En Barcelona, dos empresas retiraron voluntariamente sus anuncios tras los requerimientos de la Fiscalía.
En Madrid, el Juzgado de lo Mercantil nº 12 dictó medidas cautelares y ordenó el cierre de una web y sus perfiles en redes sociales. Posteriormente, una sentencia declaró que su publicidad era “ilícita y desleal”, condenando a la empresa a cesar sus actividades y publicar la resolución en sus propios canales.
La actuación se enmarca en el refuerzo legal impulsado por el Gobierno en 2023, cuando se prohibió expresamente toda publicidad o intermediación relacionada con vientres de alquiler. Pese a ello, en 2024 se inscribieron 154 bebés nacidos en el extranjero mediante esta práctica, según cifras oficiales.
Satisfación y sorpresa en la asociación
Desde As Furias, la noticia de los cierres se recibió con satisfacción y sorpresa. "Nos enteramos por la prensa, hacía un año que no sabíamos nada del proceso,” comenta Iglesias. “Para nosotras es un orgullo, no por nosotras mismas, sino porque más mujeres y hombres entiendan que esto no se puede permitir. Es esclavitud humana, esclavitud reproductiva".
El grupo considera que la falta de iniciativa institucional evidencia el peso de los intereses económicos que rodean al negocio. "Es triste que haya tenido que ser una asociación pequeña la que diera la voz de alarma, y no el propio Gobierno, que oficialmente se opone a esta práctica".
Pese a los avances, la Fiscalía advierte de que el problema dista de estar resuelto. Existen "multitud de páginas internacionales" que continúan ofreciendo estos servicios desde delegaciones en España. Por ello, las fiscalías de Madrid y Barcelona han solicitado la colaboración del Instituto de las Mujeres y de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones para bloquear el acceso a estas webs, aunque reconocen las dificultades jurídicas por su posible colisión con el derecho a la libertad de expresión.
Mientras tanto, el Gobierno ha endurecido los procedimientos de inscripción de bebés nacidos mediante gestación subrogada en el extranjero. A partir de este año, solo podrán registrarse siguiendo los cauces de determinación biológica de la filiación o adopción, con el fin de impedir que se eluda la prohibición española.
Desde su pequeño local en Vigo, As Furias continúa con su labor de activismo y denuncia. "Esto es un monstruo con muchas cabezas", reconoce Iglesias, "pero por algo se empieza. Es un David contra Goliat, y estamos dispuestas a seguir".
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