Violencia sexual
El 16% de las universitarias gallegas ha sufrido agresiones sexuales bajo la influencia de las drogas
Un estudio pionero en España arroja datos relevantes sobre la vulneración y sumisión química en jóvenes de entre 18 y 35 años. Sus investigadoras aseguran que es fundamental conocer las cifras reales.

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“Es una forma de violencia de género”, asegura Nuria García Couceiro, doctora en Enfermería de la Universidad de Santiago y capitana del equipo que ha llevado a cabo esta investigación. A lo largo de su estudio, ella y sus compañeros, han utilizado el término DFSN, las siglas en inglés de agresiones sexuales facilitadas por drogas, pero quieren matizar su significado. “Nos gusta dejar claro que el verdadero facilitador es el agresor”, asegura. Lo destaca porque no quiere restarle –como es normal– ni un ápice de responsabilidad.
Este estudio es revelador porque no existen otros similares. “No hay antecedentes en España hasta el momento”, explica la investigadora. “Hay algunos estudios hechos con víctimas que han denunciado agresiones pero sabemos que hay muchas más víctimas que las que denuncian”, confirma. Éste es el primero que se centra en la población universitaria en general a través de una muestra de más de 3.000 universitarios de las distintas facultades gallegas. “Nos gustaría poder replicarlo en otros contextos, por ejemplo en Formación Profesional”, añade.
"El porcentaje es 3 veces mayor en las mujeres que en los hombres"
Lo que se busca es recoger información sobre las agresiones sexuales que se han producido en un contexto en el que había drogas de por medio. Una información que pone de manifiesto, asegura la doctora Couceiro: “El machismo estructural que todavía hay en la sociedad”. El 16% de las jóvenes ha sufrido una agresión sexual en situaciones de sumisión o vulneración por consumo de drogas. En hombres el porcentaje es del 5%. “Es 3 veces mayor en las mujeres que en los hombres”, sentencia la experta.
El 17,9 % de las universitarias agredidas sospecha que se le administró alguna sustancia sin tener conocimiento de ello, lo que conocemos como sumisión química. En otros casos estaríamos ante casos de vulneración química, otro concepto al que también es importante prestar atención, cada vez más.
Según esta investigación hablamos de un perfil de mujer de menos de 30 años que ha consumido alcohol en un contexto de ocio nocturno y cuyo agresor se aprovecha “de su estado de indefensión para cometer el delito”, dice el estudio. La ingesta de alcohol entre las víctimas supera el 40 % y el uso de otras sustancias oscila entre el 20 y el 40 %.
Con los datos en la mano, analizando la información que revelan los universitarios con sus respuestas, la gran mayoría de las agresiones sexuales las cometen varones mayores de edad, concretamente el 98,3 %, y que en muchos casos han tenido algún tipo de relación previa con la víctima.
”Hay muchos datos que desconocíamos”
“Donde queremos poner el foco es en que hay que monitorizar, es muy importante continuar recogiendo información para tener cifras reales”, asegura Couceiro, que añade: “Hay muchos datos que hasta ahora desconocíamos y hay que seguir en ese camino, preguntándole a la gente en qué medida y de qué forma ha sufrido este tipo de violencia u otros tipos también”.
Es la única manera de saber en qué panorama nos movemos, desde luego. La única vía para poder después actuar y buscar soluciones. “Falta mucha educación afectivo sexual y el consumo de sustancias juega un papel importante, es algo multifactorial y hay que analizarlo”, concluye la experta.
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