Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid.

Publicidad

CUMBRE EN EL VATICANO CON ALCALDES DE CIUDADES EUROPEAS

Carmena y Colau abogan en el Vaticano por una colaboración internacional para reubicar a los refugiados

Carmena ha dicho que Madrid está desarrollando proyectos para "resucitar a estos muertos legales", los inmigrantes; mientras que Colau señala que la UE afronta una encrucijada entre acoger a refugiados o "nuevas formas de fascismo".

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, abogó por "facilitar" el empadronamiento de inmigrantes e impedir así lo que calificó de su "muerte legal", en una conferencia de alcaldes europeos celebrada en el Vaticano. En un discurso titulado 'La desventurada regulación legal de los inmigrantes', la regidora madrileña denunció que toda la normativa europea que afecta a los inmigrantes y refugiados "es un auténtico desastre".

En su opinión, lejos de basarse en "la buena política", entendida como el principio ilustrado que mira hacia la "felicidad pública", las leyes en materia de inmigración "causan pesar, dolor, inconvenientes y gastos inútiles y absurdos". Por ello, la regidora aseveró que "el poder local quiere aportar lo máximo que pueda" y que, para ello, cuenta con "muchas posibilidades" como "el derecho histórico del empadronamiento".

"Los poderes locales estamos dando un paso adelante buscando estructuras de facilitar y ensanchar el empadronamiento y que haga posible acabar con algo tremendo a lo que lleva esa incapacidad, a la muerte civil de infinidad de personas", denunció. Y agregó: "Nosotros sabemos que hay una muerte legal por algo que es simplemente ser 'sin papeles'".

Carmena dijo que Madrid está desarrollando proyectos para "resucitar a estos muertos legales", los inmigrantes, y puso como ejemplo las tarjetas de regularización y reconocimiento de inmigrantes puestas en marcha en otras ciudades como Nueva York. Pero advirtió que los ayuntamientos y entes locales, cuando tratan de regular la situación que viven los inmigrantes, siempre tropiezan con "el escollo" de la regulación estatal. Carmena llamó entonces a "empoderar al poder local" para que este permita a los inmigrantes "tener una vida completa, una familia y un trabajo con ingresos".

Para ello, entre otras cosas, propuso como "absolutamente imprescindible" el establecimiento de conexiones entre todos los alcaldes que quieran terminar de consolidar esta realidad" y "hacer posible que puedan venir refugiados". Esta no debe ser "una red teórica" sino una colaboración concreta, con nombres, apellidos, un número de teléfono y un correo electrónico que genere "un tráfico internacional que haga un poquito posible esa necesidad de cumplir esos principios de humanidad".

Por otro lado Carmena denunció la situación que se vive en el Mediterráneo, un mar al que tildó de "cementerio azul" y al que, según confesó, cada vez le resulta "más difícil mirar", ya que en sus aguas mueren miles de inmigrantes cada año. Esta cumbre en el Vaticano se prolongará hasta el sábado, lleva por título 'Europa: Los refugiados son nuestros hermanos y hermanas', y cuenta con la participación de alcaldes de ciudades europeas, entre ellas las españolas Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga o Zaragoza.

Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha señalado que la Unión Europea afronta una encrucijada entre acoger a refugiados o "nuevas formas de fascismo". "Europa ahora mismo se encuentra ante una encrucijada. O acogemos a las personas solicitantes de refugio, o acogemos el racismo, nuevas formas de fascismos que amenazan la misma idea de Europa", ha explicado durante su alocución. "Es lo uno o lo otro -ha agregado-. Está en juego la preservación de nuestro legado civilizador, el proyecto de una UE como antídoto a los totalitarismos. Europa nació para decir 'nunca más al horror de la guerra, de la violencia y de la deshumanización'".

En su opinión, es ahora cuando el continente "debe ser coherente con esos principios" porque de lo contrario, ha advertido, "estaremos perdidos". Colau cree que Europa "no puede permitirse" partidos políticos como la xenófoba Liga Norte italiana o el ultraderechista Frente Nacional francés. La alcaldesa de Barcelona ha asegurado no reconocer las políticas europeas pero, al mismo tiempo, ha confesado que "no basta con indignarse sino que hay que dar respuestas y pasar a la acción".

Ha defendido que Barcelona quiere "ayudar a los Estados para que cumplan con sus compromisos de reubicación de refugiados". "No es justo que haya ciudades saturadas y otras como Madrid y Barcelona que hemos dicho que podemos ayudar y acoger más y que si recogemos a estas personas no serán una carga para nadie", ha dicho. Ha criticado duramente a los estados europeos que, en su opinión, movidos por "su afán por blindarse, han renunciado a la obligación de la asistencia" y han sucumbido ante lo que tachó de "fría insolidaridad y desprecio ante la vida, el sufrimiento y la muerte".

Por ello ha llamado a impulsar "una nueva gobernanza que sitúe en el centro a las ciudades" y no a los Estados, y ha hecho tres demandas "muy básicas e inmediatas" para atajar la cuestión de los refugiados. En primer lugar ha pedido impulsar "vías seguras para que la gente no muera intentando llegar a nuestro territorio", como sucede cuando los inmigrantes se aventuran a una peligrosa travesía marítima para tratar de alcanzar suelo europeo.

Publicidad