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CINCUENTA PERSONAS HAN PERECIDO DE INANICIÓN

Al-Asad permite la entrada de víveres a un suburbio de Damasco

En otras zonas de Siria, el sufrimiento se vive en forma de asedio. Es el caso de Yarmuk, un suburbio de la capital habitado desde los años cincuenta por palestinos, donde decenas personas han muerto de hambre. La presión internacional ha conseguido que el dictador Al-Asad permita que entre allí un convoy humanitario después de siete meses de bloqueo.

La foto que ha conmocionado al mundo muestra el cuerpo sin vida de Awal. Este anciano es una de las cincuenta personas que ha muerto de hambre esta semana en Yarmuk. Yarmuk es un distrito de Damasco creado en los años cincuenta para albergar a las decenas de miles de palestinos que se quedaron sin hogar tras su expulsión de Israel.

El régimen de Al-Asad lo ha convertido en un frente de guerra, desde que cuatro grupos rebeldes se han infiltrado en este barrio de más de 150.000 habitantes. Con el fin de expulsar a los insurgentes, además de a bombardeos que lo han devastado, desde hace siete meses Yarmuk ha sido sometido a un cerco total de víveres y medicamentos.

Una situación que ha empujado a sus habitantes a comer hierbas, perros y gatos para poder sobrevivir. La presión internacional ha logrado convencer al dictador sirio para que permita por fin la entrada de un cargamento de ayuda humanitaria. Largas colas entre las ruinas para una asistencia exigua. De momento, sólo han llegado 50 paquetes. Un hecho que ha llevado a la desesperación a sus habitantes.

"Se ha recolectado mucha ayuda para socorrernos, pero no hemos recibido nada. Nuestros hijos se mueren de hambre. ¿Es que somos animales?" clama una mujer tras horas de espera.

Aunque más camiones esperan poder llegar al barrio. Asad hace un guiño así a la comunidad internacional ante las conversaciones que empiezan el miércoles en Ginebra y  que tienen como objetivo acabar con tres años de un conflicto que está destruyendo Siria.

 

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