'Caso mediador'
El 'chocho volador' y las claves más llamativas del 'caso Mediador'
Un lenguaje propio, motes y "peaje" de 5.000 euros, las claves del 'caso mediador' del 'tito Berni'.
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El 'caso Mediador' inquieta al PSOE a tres meses de las elecciones. Una trama corrupta que implica al general retirado de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas, el único en prisión preventiva, el intermediario que da nombre a la causa, Marco Antonio Navarro Tacoronte, y al exdiputado del PSOE, Juan Bernardo Fuentes Curbelo.
Según el sumario del 'caso Mediador', Fuentes se habría aprovechado de su cargo y posición para exigir comisiones a empresarios a cambio de agilizar trámites y acelerar la concesión de ayudas. Incluso habría invitado a esos empresarios a reuniones en el Congreso de los Diputados para impresionarles. Allí también cerraban los acuerdos; más tarde, los celebraban en fiestas privadas con drogas y mujeres prostituidas.
El origen del caso se inició a raíz de una denuncia del ex director de Deportes del Cabildo de Tenerife, Ángel Luis Pérez Peña, a Tacoronte por un supuesto gasto no autorizado en sus tarjetas de 2.750 euros. La denuncia se cerró, pero el acceso a los teléfonos del mediador destapó la trama de corrupción.
En el centro de la investigación se sitúa Juan Bernardo Fuentes, el 'Tito Berni'. Está siendo investigado por los delitos de cohecho, falsedad documental, blanqueo, tráfico de influencias y grupo organizado. Tiene 60 años y fue diputado por Canarias en las VIII y XIV legislaturas. Cuando esta trama salió a la luz, tuvo que renunciar a su cargo de diputado. Se le acusa de recibir las comisiones por parte de los empresarios a cambio de subvenciones y contratos públicos, entre otras cosas.
Los hechos investigados se remontan a los últimos meses de 2020 y el primer trimestre de 2021 e implican a empresarios ganaderos y queseros de Canarias, pero también a empresarios de la Península que aspiraban a conseguir acuerdos comerciales y subvencionen.
¿En qué consistía la trama?
La trama consistía en la captación de empresarios del sector ganadero y agrario a los que los cabecillas ofrecían la promesa de obtener "privilegios" en materia de contratos públicos a cambio de pagar un "peaje" de 5.000 euros. Los empresarios debían afrontar los gastos de los encuentros con los políticos y mediadores. Según el sumario del caso, el coste medio de una noche con la trama era de 3.000 o 3.500 euros.
Antes de la fiesta, los empresarios acudían al Congreso, la Dirección General de Ganadería de Canarias o por la Comandancia General de la Guardia Civil. Todo ello con el objetivo de generar una falsa sensación de seriedad.
Otra figura clave de la trama es el general Francisco Javier Espinosa. Por el momento, es el único que ha entrado en prisión. Está acusado de provocar una situación propicia para extorsionar a ganaderos.
Leguaje propio y motes
Los acusados utilizaban un lenguaje propio para para eludir a la Justicia. El 'bocata de calamares' eran las mordidas o comisiones. Los 'bolígrafos' eran los euros, 5.000 bolígrafos equivalían a 5.000 euros. El menú era el catálogo de prostitutas, y a la amante del coronel la llamaban 'Chocho Volador'.
Esta mujer también es un punto importante dentro de la trama. Al parecer, el general de la Guardia Civil Francisco Espinosa Navas se llegó a reunir en un despacho en la Dirección General del Instituto Armado en Madrid con el considerado como intermediario de la trama 'Mediador', Marcos Antonio Navarro Tacoronte, donde hablaron de buscar la fórmula para que los empresarios que supuestamente pagaban comisiones contrataran a su amante.
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Los investigados también utilizaban motes propios. Según el sumario, el mediador era 'el hijo', el General de la Guardia Civil, 'el papá' y después, el 'Tito Berni'. Además, en el sumario también se incluyen frases como "donde hay una flor roja, entramos" (en relación al PSOE).
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