III reunión de alto nivel hispano turca. Zapatero arropado por el Ministro de Fomento y la Mnistra de Exteriores analiza con su homólogo turco las relaciones entre ambos países. En el estrado habla Tayyip Erdogan y quizá quizá fuese el tono monocorde del traductor, el cansancio del viaje pero Pepe Blanco va cerrando los ojos, incluso llega a dar alguna cabezada.
Pero el sopor no entiende ni de testas coronadas ni de eventos internacionales de primer nivel, cualquiera puede dormirse. Es difícil mantener la concentración cuando la agenda es muy apretada y los actos se acumulan. Los párpados pesan y si encima en la sala hace calor es muy complicado no evadirse con un mini sueño. Ni la solemnidad de una ceremonia, ni el 'gaudeamus igitur' son capaces de mantener el interés, sólo en una fuerza de voluntad permite, en ocasiones, mantener los ojos abiertos.
El sueño puede hacer acto de presencia en una congregación a puerta cerrada o en en un acto multitudinario con un estruendo de mil demonios. No respeta a nadie y no entiende ni de sexos ni de ideologías. Los políticos lo saben, Morfeo siempre vence.