Nevadas

Madrid recuerda la borrasca Filomena en su segundo aniversario

Dos años después de la gran nevada las calles de la capital se ven muy diferentes a las del 8 enero de 2021. Un contraste que sorprende a la población que rememora que estaban haciendo esos primeros días del año.

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730 días y más de 20 grados de diferencia. Eso es lo que separa este comienzo de enero del que vivimos en 2021. Después de sufrir una pandemia que encerró al mundo entero, el año nuevo llegó con un regalo de reyes muy inesperado que volvió a meternos en casa. Filomena trajo con ella un temporal histórico que congeló y paralizó España. Las temperaturas se desplomaron en algunas zonas como Teruel hasta los 25 grados bajo cero, aunque los termómetros de la capital se quedaron en los 10 grados en negativo. Una sensación térmica que dista mucho de esta segunda semana del 2023, donde el sol calienta superando los 20 grados en gran parte de la península.

Las calles de Madrid se ven muy diferentes a las inmortalizadas en vídeos y fotografías hace dos años. Imágenes que han quedado grabadas en la mente de la población que camina por el centro de la capital sorprendiéndose al recordarles que este enero se celebra el segundo aniversario de la mayor nevada en 70 años. Muchos han apuntado al preguntarles que se han quedado con la "parte divertida" y la "bonita" del temporal, añadiendo incluso que no les importaría que volviera a caer una nevada similar, aunque no fuera a esa escala.

Personas caminando en Madrid en enero de 2021, en mitad de Filomena
Personas caminando en Madrid en enero de 2021, en mitad de Filomena | EFE

Puertas y ventanas quedaron completamente tapadas por el más de medio metro de nieve que cayó aquel fin de semana de enero. Muchos vehículos bloqueados en medio de la carretera obligando a sus propietarios a dejarlos allí y volver a casa caminando o en transporte público. Momentos que ahora son hazañas como el que vivió María, que ahora se ríe al recordar que tuvo que llevar en brazos su maleta cuando el tren que la traía a vivir a Madrid les dejó en la estación de Chamartín. Otros recuerdan a los que libraron una batalla de bolas de nieve en plena Puerta del Sol o a los que se pusieron los trajes de nieve, las botas y salieron a la Gran Vía o la Castellana convertidas en auténticas pistas de esquí. Los monumentos coloreados de blanco dejaron estampas invernales y muñecos de nieve por todo el país que se fueron deshaciendo con el paso de los días.

La nieve se convirtió en hielo y dificultó los desplazamientos por toda España durante casi dos semanas. El mismo tiempo que duró la ola de frío que azotó el país y que dificultó los trabajos de limpieza. Los colegios y universidades alargaron una semana más sus vacaciones y los comercios permanecieron cerrados, mientras los centros sanitarios se adaptaban para atender a las personas con problemas de salud. Una borrasca con sabor agridulce por los acontecimientos buenos y malos que la acompañaron, pero que creó un recuerdo imborrable en toda la población.

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