Advierten de que han localizado un "corazón caliente" de magma a menos de 10 kilómetros de la boca del Teide

La erupción volcánica de La Palma refrescó al mundo la memoria de los orígenes del archipiélago canario. Estas islas se han formado cuando el magma del interior de la Tierra asciende a través de grietas de la corteza oceánica, y va capa a capa acumulándose en el fondo del Océano hasta que emerge sobre la superficie. Pues bien, un reciente estudio ha revelado los secretos del interior de una de estas islas, en concreto la de Tenerife y además ha localizado un "corazón caliente" de magma a menos de 10 kilómetros de profundidad de la boca del Teide.

La UGR ha informado de que este "corazón caliente" puede representar una señal de un proceso eruptivo. Añade que evidencia que es posible la presencia de pequeños reservorios de magma a profundidades inferiores de 5 kilómetros en la corteza por debajo de la caldera de Las Cañadas.

Estos reservorios cumplen una función importante ya que permiten que el magma se enfríe cambiando su composición química hacia la fonolita, que es un tipo de magma potencialmente explosivo y que podría ser una fuente de erupciones muy explosiva como alrededor de 2000 años lo fue la del volcán de Montaña Blanca de tipo sub-pliniano.

El estudio ha sido realizado en colaboración científica por investigadores de Trofimuk Institute of Petroleum Geology and Geopphysic de Novosibirsk en Rusia, del Instituto Volcanológico de Canarias y de la Universidad de Granada. Este trabajo da también respuesta a por qué las erupciones en Tenerife que ocurren fuera de la caldera de Las Cañadas, a lo largo de las dorsales noreste y noroeste, son "más efusivas, no pudiendo en estas zonas el magma estancarse el tiempo suficiente para poder evolucionar hacia un tipo más explosivo". Además al analizar los datos con los registrados previamente por el Instituto Geográfico Nacional (IGN), se ha podido investigar el interior de la isla hasta una profundidad de 20 kilómetros, y determinar la velocidad de las ondas sísmicas S, que son las más sensibles a la presencia de fluidos hidrotermales y magma.

Estos nuevos conocimientos serán de gran utilizad para una mejor interpretación de las señales precursores de un posible proceso eruptivo en Tenerife.