Marta se sincera con Fina: “A veces se me olvida que soy una mujer casada”

Los dulces suizos han unido más aun a Marta y a Fina. Se han dado cuenta de que las dos son grandes aficionadas. Fina iba con su padre a un café a comerlos y a Marta se los hacía su madre por su cumpleaños. ¡Le salían riquísimos!

Fina se acuerda de los dulces de Catalina. Le ha confesado a Marta que, aunque no fuera a su cumpleaños, su madre siempre le guardaba uno. Hablando del cumpleaños de Marta, Fina se ha acordado de que era por estos días y su jefa se lo ha confirmado. ¡Es mañana!

Marta ha animado a Fina a cumplir sus sueños, sorprendiendo a la empleada. Le ha confesado que, aunque está contenta con la tienda, nunca ha podido decidir sobre su vida, aunque no le gustase lo que le tocaba hacer: “Siempre he hecho lo que los demás esperaban de mí”.

Los dedos de Marta y Fina se han tocado cuando ambas han ido a recoger la carta que se le había caído a la primera. En tensión, Marta le ha explicado que va dirigida a su marido y que a lo mejor va unos días a verle a Nápoles: “A veces se me olvida que soy una mujer casada” ¿Se dará cuenta Fina de sus sentimientos? ¿Viajará Marta a Nápoles?

Fina se mete el dobladillo de la falda y acaba en una discusión con Marta: “¡No entiendo por qué me trata así!”

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