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Los cinco momentos que marcaron la vida de Federico en Amar es para siempre

Recordamos lo más destacado del padre de los Quevedo, que ha fallecido tras no poder superar su grave estado de salud, dejando un gran vacío en sus hijos.

Los cinco momentos que marcaron la vida de Federico en Amar es para siempre

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La Plaza de los Frutos se vistió de luto para despedir a Federico, el padre de los Quevedo que falleció a causa de un infarto. Un hombre que cometió errores en su vida, pero que dejó grandes enseñanzas a sus hijos antes de su fallecimiento, descubriendo en su lecho de muerte que el enemigo lo tenía en su misma casa. ¡Repasamos todos sus momentos!

Sus infidelidades

Federico tenía una doble vida que decidió cortar por lo sano. Se casó con Elena por su personalidad, pero no tardó mucho en serle infiel. Sonsoles fue la última aventura del padre de los Quevedo antes de dejar atrás esa doble faceta suya.

Federico puso punto y final a su aventura con Sonsoles, quien le pidió que se divorciara de Elena e hiciese pública su relación, pero él nunca cedería ante algo así, despidiendo a su amante de la empresa y de su vida.

Sus problemas de salud

La tensión estaba muy presente en la vida de los Quevedo, y entre tantos problemas se sumaron los problemas de salud de Federico. No se sentía bien, apenas recordaba las cosas y tenía problemas para leer.

Las pruebas médicas no arrojaban nada malo y todo parecía que era fruto de la presión, pero Federico sabía que algo no iba bien. Su salud se deterioró en sus últimos días de vida, falleciendo por un paro cardíaco, ¡indirectamente provocado por Elena!

En sus últimos segundos de vida supo toda la verdad que su mujer escondía: que ella y Chimo cortaron los frenos de su coche, lo que provocaría la muerte de Mario, que ella mató a Chimo y, además, dejando entrever que los problemas de salud fueron también cosa suya.

La redención con Lola

A raíz de su problema de salud, Federico quiso hacer las paces consigo mismo, y con aquellos a los que en algún momento pudo haber hecho daño. Y el primer nombre de la lista era Lola ya que, muchos años antes, Federico y Elena se hicieron con la custodia de Malena, la hija de Lola.

Entre la hija de los Gómez y los Quevedo había mucha tensión que Federico quiso suavizar, e incluso eliminar cuando agradeció a Lola por traer a Malena a este mundo y la felicidad que le dio a Román, siendo un impacto muy bueno en la vida de los hijos de Federico.

Figura paterna para Malena

La relación entre Malena y sus padres se rompió cuando descubrió que Lola es, en realidad, su verdadera madre, y quienes consideró sus padres durante toda su vida eran sus abuelos.

A pesar de ello, Federico siempre quiso estar muy cerca de Malena porque la quería como si fuese su hija de verdad. Él ha sido la única figura paterna presente en la vida de la joven, estando en los buenos y malos momentos, y compartiendo con ella reflexiones que cualquier padre le daría a su hija.

Por ello, la enfermedad de Federico dejó devastada a Malena, notando su ausencia más que nunca en un momento muy complicado para ella. La vida de Federico pendía de un hilo, pero el vínculo entre ambos es tan fuerte como para apoyarse hasta en los peores momentos.

Chimo, su verdadero hijo

El último y gran secreto que Federico compartió fue determinante para su muerte. El patriarca de los Quevedo reconocía que Chimo era su verdadero hijo, fruto de un romance con Rosa, la madre del chico.

Es por ello que su muerte lo dejó completamente roto: quería hacer las cosas bien, pero todo se torció entre ellos. El joven acabó muriendo a manos de Elena, un crimen disfrazado de suicidio, la misma mujer que fue poco a poco apagando la vida de Federico hasta que consumió la última llama que le quedaba.

La salud de Federico se vio mermada en gran medida, teniendo que estar ingresado y vigilado hasta que falleció por un paro cardíaco.

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