¿Conserje o director general? El enfrentamiento en una urbanización cuyo empleado cobra 8.000 euros al mes

Cuando Luis (llamémosle así) compró su casa, nunca pensó que los gastos de comunidad le obligarían a deshacerse de ella. Los 1.000 euros mensuales actuales se le hacen muy cuesta arriba. Y es que el “conserje” cobra casi 95.000 euros al mes. Pero esa palabra, o “portero”, es confusa para muchos vecinos. Los que aseguran que se trata de un “director general”, un “CEO” del vecindario disponible los 365 días del año, las 24 horas y sin vacaciones.

"No es portero. Es director general"

Estamos en Estepona, en una de esas urbanizaciones cuya mayoría de propietarios son extranjeros, en las que durante el año apenas viven el 10% de los vecinos. Luis no entiende que Hamid, que así se llama este empleado, cobre unos 8.000 euros mensuales. “Hay gente que por motivos que desconozco está contenta con que cobre ese dinero. No entienden que el coste de este señor está muy por encima de un convenio de un empleado de finca”. Se nos acercan dos de esos vecinos favorables al sueldo de Hamid: “Está acordado por los residentes lo que se paga a los empleados”, sostienen.

“Hamid es director general de la comunidad. Y el 99% de la gente aquí está de acuerdo con lo que sucede”, asegura otro. Una mujer se refiere a él como "gerente general". Es el mismo Hamid quien nos permite entrar en su oficina y confirma su sueldo: 95.000 brutos. El papel que nos ofrece revela que se le ascendió de "supervisor" a "director general".

"Nos fuerzan a mal vender y desaparecer"

Elisa pertenece a la Asociación de vecinos perjudicados por las comunidades de vecinos (APERCOVE), y asegura que el problema está en la delegación de voto de los muchos vecinos que casi nunca están. Cuestiona que la labor de este empleado vaya más allá del mantenimiento de la comunidad: “Ya se está pagando administración, gestoría, asesoría laboral y fiscal aparte.

Y esto mismo está sucediendo en muchas comunidades de vecinos de pueblos costeros”. Según Elisa, no es un problema exclusivo de comunidades de vecinos “de ricos”: “los que vivimos aquí, que somos una minoría, nos damos cuenta de lo que ocurre: favores a cambio de la delegación de votos”.

Mientras tanto, vecinos como Luis, que compró la casa como vivienda habitual cuando costaba mucho menos que hoy, tendrá que venderla: "nos obligan a desaparecer a los de aquí". Podrá venir así otro vecino que pueda permitirse más de mil al mes de gastos de comunidad. Aunque sólo la disfrute un par de meses al año.

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