¿Tiene precio salvar una vida? Parece que sí porque Bruselas estudia cuánto vale un nuevo medicamento capaz de acabar con la hepatitis C. Se trata de un fármaco que podría curar más del 90% de los casos de esta enfermedad en un plazo que va desde las 12 a las 24 semanas.
El inconveniente es su elevadísimo coste. En torno a los 60.000 euros por paciente. Esto ha provocado que las autoridades sanitarias españolas cuenten con el antiviral a cuenta gotas. Deben negociar su precio con el laboratorio directamente pero de momento no hay acuerdo. Así, las comunidades autónomas, que son las que financian los medicamentos, retrasan su uso al máximo y generan una situación de desigualdad.
Cataluña por ejemplo ha pagado este año sólo 46 tratamientos de forma excepcional y ha aceptado otros 90 para pacientes críticos. Porcentaje insignificante teniendo en cuenta que en nuestro país, hay más de 900.000 enfermos de hepatitis C. De ahí, unos 3.000 necesitarían con urgencia el nuevo tratamiento porque el anterior no les da resultado.
Esta situación ha encendido las luces de alarma en Europa. De hecho, Francia ha intentado sumar fuerzas y crear una plataforma para conseguir abaratar estos medicamentos. Le han seguido un total de 14 países. Entre ellos de momento no está España. Aún asi habrá que esperar porque los ministros sanitarios de la eurozona han decidido aplazar este tema a septiembre. Mientras el tiempo corre, sólo en nuestro país al año, la hepatitis C acaba con 10.000 personas. Hemos hablado en Espejo Público con el doctor Jose Luis Calleja, Hepatólogo y secretario de la Asociación Española para el estudio del hígado.
Uno de los afectados es Javier: le contagiaron la hepatitis C en el Hospital Militar de Cartagena. Tuvo un accidente de moto, se partió el fémur y recibió una transfusión. No le detectaron el virus, -descubierto en 1989- hasta que unos análisis de sangre en 2.002 lo demostraron.Tenía cirrosis y fue trasplantado en octubre pasado. A partir de ese momento Javier y Cristina iniciaron una lucha contra reloj, Escibieron al presidente del Gobierno. Javier y Cristina ya no saben que hacer: "Tengo una bomba en el cuerpo. El virus puede acelerar la degradación del hígado y si llega al punto de cirrosis ya no se recupera".