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PESAN 42 KILOS
Así son los escudos que protegieron a los gendarmes en Bataclán
Los escudos que usaron los gendarmes en la sala Bataclán jugaron un papel decisivo. Recibieron infinidad de disparos, pero gracias a su composición, de polietileno de alta densidad, se pudo hacer frente a los terroristas.
Once y cuarto de la noche. La BRI, a brigada de intervención de la gendarmeria espera la orden. Estan en el primer piso de la sala Bataclán, han arrinconado a los terroristas en un pasillo que da al callejón por donde aquella noche huye la mayoría de los rehenes. Tras una puerta cerrada uno de los dos terroristas atrincherados grita "Alá es grande". Quieren que los agentes retrocedan. Amenazan con decapitar a los rehenes, dicen que es una venganza por lo de Siria.
La negociación falla y a las doce y 18 minutos llega la señal de asalto definitivo. Los agentes forman una fila tras el escudo balístico móvil. Pesa 42 kilos y esta instalado sobre una carretilla con ruedas de caucho. Al abrir la puerta, los terroristas abren fuego. Como una oruga, los agentes avanzan parapetados tras el escudo sin devolver los disparos. Hay rehenes entre ellos. El polietileno de alta densidad aguanta el impacto de los proyectiles del AK47. En el escudo pueden contarse no menos de 20 disparos directos, incluido uno en el visor que también soporta el impacto, pero hay muchos más en paredes, techo y en la mano de uno de los agentes que no pudo cubrirse.
Cuando no quedan rehenes que puedan interferir, se inicia el asalto definitivo. Uno de los terroristas se mueve y le disparan. Cae abatido pero con tiempo a accionar su chaleco explosivo. Los dos yijadistan mueren en la explosión y la pesadilla termina.
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