Volcán La Palma

La situación de aislamiento de La Palma por aire y mar genera preocupación por los enfermos

El tráfico aéreo lleva 5 días paralizado y las navieras empiezan a estar completas.

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La isla de La Palma se encuentra ante el mayor aislamiento de su historia. El volcán ha provocado que el tráfico aéreo esté paralizado desde hace 5 días. Además, las navieras comienzan a estar completas y conseguir montarse en un ferri es tarea complicada. Esta situación preocupa de manera especial por los enfermos crónicos o por aquellos que precisan de algún tratamiento como radioterapia.

Traslado de enfermos

El aislamiento de La Palma por aire y mar preocupa de manera especial a las personas que padecen alguna enfermedad crónica o que necesitan trasladarse a otras islas para recibir algún tipo de tratamiento, como radioterapia. Con las navieras, que comienzan a estar completas, se agrava la situación.

Antena 3 Noticias ha conocido el caso de un enfermo que tuvo que ser trasladado de manera urgente y necesitó que una ambulancia medicalizada llegara desde Tenerife Esto conlleva horas de traslado entre todos los medios de transporte que se necesitan. Una situación incómoda tanto para pacientes como para sanitarios y que no es eficaz en el caso de urgencias. No solo preocupan los pacientes de de cáncer o en radioterapia, sino también los que necesitan cirugías.

El volcán vuelve a rugir

Todo esto ocurre mientras el volcán vuelve a rugir después de unas horas en las que había estado más silenciado. Una de las buenas noticas que se pueden destacar de las últimas horas es que la calidad del aire parece que mejora con respecto a días anteriores. Aun así, las autoridades recomiendan a la población precaución a la hora de salir a las calles, cuanto más se evite mejor.

Solidaridad desde Bilbao

La solidaridad de algunos no tiene límites. Algunos no dudaron en viajar hasta La Palma desde Bilbao para ayudar a los afectados por el volcán de Cumbre Vieja. Se desplazaron para ayuda a los vecinos de la isla con la retirada de la ceniza de casas y calles. "Faltan manos, sí, aquí lo que hace falta es gente que venga y arrime el hombro", decían.

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