Los operarios trabajan para reponer el cable de cobre de una línea telefónica. Es el octavo robo en apenas dos semanas. Han desaparecido 7 kilómetros de cable en la provincia de Girona.
Esta mañana los vecinos han vuelto a tener línea después de 10 días sin teléfono.
La oleada de robos ha puesto en pie de guerra a los alcaldes que piden que aumente la presencia policial. Los ladrones bajan los cables de los postes y en pocos minutos los cortan y se los llevan. Escogen zonas tranquilas y con pocos vecinos.
Este año, los Mossos han detenido a 500 personas y sólo 24 han acabado en prisión. El cable robado termina en el mercado negro donde se vende entre 3 y 5 euros le kilo.