Incendio en Lleida

Más extintores y evitar cosechar en las horas de más calor, la clave para prevenir incendios

Más extintores y evitar cosechar en las horas de más calor, la clave para prevenir incendios Los agricultores reclaman más ayudas para limpiar el campo y prevenir incendios mientras que se recomienda reforzar la precaución y no cosechar en las horas de más calor.

Los Bombers dan por controlado el incendio de Torrefeta i Florejacs (Lleida)

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Toda precaución es poca en plena ola de calor para prevenir incendios. Para prevenirlos, las organizaciones agrarias recomiendan a los agricultores ampliar los dispositivos de extinción, reforzar la precaución y no cosechar en las horas de más calor. Estos consejos van especialmente dirigidos a los cerealistas ya que es en esta época del año cuando estos agricultores se encuentran más expuestos durante estos meses a los incendios debido al contacto entre la maquinaria agrícola y los cultivos.

Y de hecho, este fue probablemente la causa del gran incendio que ha arrasado esta semana La Segarra. En los últimos días se ha vivido el primer gran incendio del año en España, que ha acabado con la vida del dueño de una granja y su trabajador en esta comarca de Lleida, donde se han calcinado unas 6.500 hectáreas. Una extensa llanura para la siembra de cereales y una vegetación sumamente seca, que hizo que el fuego se propagase rápidamente.

"Lo que estamos haciendo los agricultores en esta época de cosecha de cereal para prevenir los incendios es tener precaución extra, hay que estar muy atentos", explica a Antena 3 Noticias el responsable de la Ejecutiva de COAG, Juame Bernis. Él advierte que los cerealistas se encuentran más expuestos a posibles fuegos durante los periodos de temperaturas más altas debido a las "chispas" que se pueden producir del contacto entre la maquinaria y los propios cultivos.

Por eso, una de las recomendaciones principales para periodos de altas temperaturas es el no cosechar en las horas más fuertes de calor, algo que en la práctica puede sonar contradictorio ya que "cuando más calor hace, es cuando el grano está mejor", explica. De hecho, entre las 11 de la mañana y las 22h es cuando el grano de cereal está más seco, y es a partir de esa hora cuando empieza a coger humedad, por lo que es muy complicado no segarlo en ese periodo de tiempo.

"Ha sido un año de mucha lluvia, lo que ha provocado que el cereal tenga mucho corte por lo que hay más combustible", dice Jaume, "y esto provoca que a la mínima chispa se pueda producir un fuego".

Además, Jaume explica que los agricultores refuerzan también la maquinaria con la presencia de más extintores en los tractores -concretamente, el doble- y cosechadoras que se utilizan en el campo para, en caso de urgencia, poder "atajar una chispa o el inicio del fuego". Aún así, hay que estar sumamente alerta, porque una sola chispa se puede extinguir a tiempo si se localiza, pero si no, puede causar un gran incendio como el del pasado lunes, especialmente por la gasolina que impregna los campos.

"Ahora bien, cuando nos encontramos como el de Torrefeta y Florejacs, de nivel seis, eso se nos escapa de las manos a los agricultores", comenta el portavoz, para inmediatamente recalcar que, a pesar de las medidas de precaución de los trabajadores, se pueden dar este tipo de fuegos más violentos. "En ese momento había rachas de viento de 30 km/h, lo que propició que el incendio se expandiera con velocidad", dice.

En este caso, la labor que pueden hacer los agricultores pasa por ayudar en tareas como proporcionar agua y de pasar el "rotovator en las puntas de las fincas donde puede llegar el fuego (...) para prevenir que no salte a otro campo". Más allá de estas medidas, el agricultor de COAG recuerda que, en caso de que los extintores no puedan sofocar el fuego, el agricultor debe llamar al 112 para que los propios bomberos los que se hagan cargo de la situación.

Los profesionales se sienten abandonado

Aun así, los profesionales del sector se sienten algo abandonados. Pere es presidente de ASAJA y payés desde que tenía 16 años. Ahora tiene 52. "Llevamos meses pidiendo ayudas, que se limpien los campos, los cables eléctricos que hay en las carreteras porque son viejos y muchos se caen y acaban en el suelo", reclama. Pere exige encontrar una solución urgente, recalca que el sector es "muy importante para España" y que los tienen olvidados.

Pero no es el único. Pau, agricultor de 29 años, ha perdido sus tierras por el incendio de la Segarra, que arrasó 90 hectáreas. Calcula que ha perdido más de 10.000 euros. Ahora nos cuenta que, si les hubieran dado más libertad durante el año para limpiar el terreno y menos burocracia, el incendio habría sido algo menor. "Desde un despacho no se puede entender la realidad del campo, deberían confiar un poco más en los agricultores", reclama. "Nunca había visto un incendio como este". El problema no es nuevo y las soluciones no parece que estén al caer. Pau se ha planteado dejar la agricultura por todos los obstáculos que imponen las administraciones.

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