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"MIENTRAS LAS NIÑOS JUGABAN"

Un documental recuerda el atentado de ETA en Vic veinte años después

El próximo domingo se cumplen veinte años del atentado de ETA contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Vic. Murieron diez personas, entre ellas cinco niños. El documental "Mientras los niños jugaban" -producido por Julia Otero- recuerda esos momentos. Lo podrán ver aquí, en Antena 3, en la noche del próximo domingo.

 

Las víctimas del atentado de la casa cuartel de Vic (Barcelona), donde murieron cinco niños y cinco adultos, recuerdan la tragedia 20 años después en el documental "Mientras los niños jugaban. Crónica de un atentado", que se emitirá en Antena 3 el próximo domingo.

"Hemos llamado a la puerta de las personas que sufrieron en primera persona aquel dramático suceso y nos hemos encontrado que nadie se ha interesado por ellos en 20 años", ha dicho hoy la productora ejecutiva del documental, Julia Otero, que cree importante "romper el silencio".

El documental se emitirá el 29 de mayo, exactamente 20 años después de que el comando Barcelona de ETA lanzara un coche cargado con 300 kilogramos de explosivos por la rampa del patio de la casa cuartel de Vic, donde una docena de niños jugaban en ese momento.

"En esa ocasión, los terroristas no utilizaron temporizador en el coche-bomba, sino que el criminal que empujó el vehículo hacia el patio estaba viendo a los niños jugando, de ahí el nombre del documental", ha añadido Otero.

"Mientras los niños jugaban" muestra las impactantes imágenes que dieron la vuelta al mundo de los padres desesperados buscando a sus hijos entre los escombros. "Fue el primer atentado de ETA mediático porque hubo un cámara de televisión y un fotógrafo que llegaron enseguida", ha recordado el director David Fontseca.

"En el momento llegaron decenas de cámaras y políticos, pero cuando acabó todo, todos se fueron y hoy en día los menores de 20 años de Vic no saben ni donde estaba la casa cuartel", según Fontseca, que vive en Vic.

A pesar de las dureza de las imágenes de archivo, Otero ha asegurado que el documental es "muy respetuoso" y no "se excede" en la parte dramática porque busca "un documento muy equilibrado, que se mueve entre la cabeza y el corazón".

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