Galicia
Detienen a una pareja que cometió 51 robos con fuerza en comercios de A Coruña y Pontevedra
Utilizaban siempre el mismo coche en su huida y vestían el mismo atuendo. La Guardia Civil ha podido detener a estas dos personas que cometían sus delitos en el entorno de Santiago.

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Las imágenes de las cámaras de seguridad hablan por sí solas. Un hombre, vistiendo ropa oscura y con el rostro escondido para no ser reconocido, revienta el cristal de la puerta de una gasolinera hasta que consigue hacer un agujero que le permite acceder al interior. Una vez dentro, se dirige a la caja registradora y se la lleva entera, sin parar ni un momento. Sale por el mismo boquete por el que entró y, una vez fuera, se da a la fuga. No era la primera vez que ocurría. Hasta 51 robos similares se le atribuyen a esta pareja que ya ha sido detenida.
"Gracias a la labores de vigilancia, análisis de cámaras de seguridad y pruebas periciales, se ha logrado identificar a los autores", apunta Lola Amado, portavoz de la Guardia Civil de A Coruña. "Uno de ellos permanece en prisión desde enero y su cómplice ha sido ahora imputada como coautora de los 51 robos", añade la agente.
Rompían los cristales con una tapa de alcantarilla o con un martillo
Se trata de 51 robos con fuerza en establecimientos comerciales de distinta índole repartidos por nueve municipios de las provincias de A Coruña y Pontevedra. Sus actuaciones llegaron de Ames a Barro pasando por Teo, Brión, Santiago, Noia, Padrón, A Estrada, Valga y Barro.
Les duró bastante el período de recaudación ya que los responsables, vecinos de Santiago, actuaron entre mayo de 2024 y enero de 2025, y aunque no hubo ningún episodio de violencia con las personas, sí que generaron una gran preocupación y bastante alarma social ya que su actividad era considerable.
Utilizaban un vehículo de color azul y unas zapatillas de deporte blancas
En las pruebas con las que contaban las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad fue clave el hecho de que los ladrones usasen siempre un mismo vehículo, de color azul, para huir. Al igual que otros elementos recurrentes en la vestimenta como unas zapatillas blancas de una marca concreta. Estos elementos permitieron concluir que se trataba de las mismas personas las que estaban sembrando el caos en comercios, bares y gasolineras.
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El modus operandi era siempre el mismo: uno, el hombre, llevaba a cabo el robo mientras la otra implicada realizaba funciones de apoyo logístico y vigilancia. Asegura la Guardia Civil en un comunicado que "con la conclusión de la Operación BLUEHAMMER, -que así ha sido denominada- la Guardia Civil da un paso crucial para frenar la delincuencia que afectaba directamente al pequeño comercio en el entorno rural y periurbano gallego, reafirmando su compromiso con la seguridad ciudadana".
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