La "cremá" de los 182 monumentos plantados a lo largo de la ciudad de Alicante ha puesto punto y final a las fiestas de Hogueras'2011 en un año marcado por la crisis, y ha dado por inaugurado el verano con la tradicional "banyá" de los bomberos ante el disfrute de los miles de festeros.
Las comisiones que plantan las hogueras han hecho un esfuerzo especial para repetir la inversión de los últimos años en los monumentos (en total han costado unos 2,2 millones de euros), sobre todo después de que las subvenciones municipales hayan bajado de 400.000 a 200.000 euros.
Un día más tarde que en el resto del país, el fuego de San Juan ha puesto el broche a una semana en la que los amantes de la fiesta han disfrutado de mascletás, toros y celebraciones en barracas y racós, así como del estruendo de los petardos y de la música en cada rincón de la ciudad hasta bien entrada la madrugada.
La espectacular "palmera imperial" lanzada a medianoche desde el castillo de Santa Bárbara, en la cima del monte Benacantil, con 250 kilogramos de pólvora ha marcado el inicio de la "nit de la cremá" iluminando el cielo de Alicante durante 25 segundos.Como es norma habitual, el primero de los 182 catafalcos en ser pasto de las llamas ha sido la plaza del ayuntamiento y a partir de ahí, como el efecto de una gota de agua, los bomberos han comenzado a prender los monumentos del resto de la ciudad de centro a afuera.
Estas escenas que combinan el fuego y el agua que lanzan los bomberos se ha repetido en el resto de hogueras repartidas por el casco urbano, primero en las de mayor categoría y posteriormente en las más modestas, sobre todo en los barrios, siempre en un ambiente festivo y veraniego.