Pulseras antimaltrato
Así vivieron las víctimas los fallos en las pulseras antimaltrato: "Sufrí ansiedad, un estado de nerviosismo"
2025 ha sido un año marcado por la crisis de las pulseras antimaltrato. Dispositivos que llevan los agresores, en las muñecas o tobillos, para evitar que se acerquen a las víctimas cuando por ejemplo pesa sobre ellos una orden de alejamiento. Los dispositivos fallaron y dejaron a miles de mujeres a merced de ellos.

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En septiembre de 2025, la memoria de la Fiscalía general del Estado apunta a fallos en las pulseras antimaltrato. Aseguran que esos errores generan una potencial desprotección de las víctimas y que hay gran cantidad de sobreseimientos provisionales o fallos absolutorios.
La polémica estalla. El Gobierno aseguraba que no había fallos: "A día de hoy están absolutamente resueltos", decía la Ministra de Igualdad. Insistían en que fue algo puntual debido a que se cambió la empresa que gestionaba las pulseras y al volcar los datos, algunos se perdieron temporalmente. "Incidencias técnicas que se produjeron entre junio y diciembre de 2024", recalcaba la ministra de Igualdad.
Buscaban no generar alama. La Fiscalía incluso rebajó el tono y emitió un nuevo documento en el que aseguró que las mujeres estuvieron en todo momento protegidas. Pero la polémica vuelve a estallar
La alerta de la empresa que gestiona las pulseras
Extrabajadores de COMETA, la empresa que gestiona las pulseras, empezaron a confesar de forma anónima que los fallos son enormes, actuales, no del pasado. "Se habían encontrado a su expareja por la calle, o en el supermercado y que su dispositivo no les había avisado", dice uno de los extrabajadores.
Y añadía que el Ministerio de Igualdad lo conocía: "El 21 de mayo hubo una reunión con la ministra Ana Redondo, en la que le transmitimos que estos fallos llevaban más de un año ocurriendo".
Las quejas de las víctimas
Mujeres que se encuentran a su maltratador en el supermercado y el dispositivo no avisa, o maltratadores que se quitan la pulsera para que avisen a la víctima y así torturarla. "Yo el problema que tenía", nos cuenta una de ellas, "es que se la quitaba, la rompía cuando quería, apagaba el dispositivo y no aparecía la Policía", dice la víctima.
Y otra comenta que sufría "ansiedad, un estado de nerviosismo, a parte del trauma que ya has pasado".
Incluso en un correo interno de COMETA se daban órdenes a los trabajadores para que borraran de los paneles los errores de fallos de cobertura y baterías antes de la visita al centro de la Delegación del Gobierno. Según un trabajador de COMETA: "Nos pidió cerrar manualmente todas las baterías bajas, tanto de usuarios como de usuarias sin aplicar el protocolo".
La oposición pidió la dimisión de la Ministra de Igualdad, pero ella se negó. Ana Redondo afirmaba que "ni una sola mujer con el dispositivo Cometa ha sido asesinada".
Y todavía, a día de hoy, no se sabe exactamente a cuántas mujeres han afectado los fallos.
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