Grupos de peleas
Así funcionan los 'clubes de peleas': "Las familias se dan cuenta cuando su hijo acaba en el hospital"
Adolescentes que quedan por redes sociales para pelearse, sin más motivo que el de difundir los vídeos.

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"Toda la gente que entre, que sepa que este es un grupo hecho para que la gente se reúna a pegarse. Sí, a pegarse". Nada más que añadir, la claridad de este mensaje es tal, que no queda ningunda duda en el aire, de cuál es el fin de un grupo cuyo nombre, por si no hubiesen sido lo suficientemente explícitos, es: 'Pelearse x Valencia'.
La semana pasada se publicó una de esas noticias que hace estremecer a los padres al pensar en la sociedad en la que tratan de educar a sus hijos. Peleas siempre ha habido, pero la profesionalización de estas reyertas callejeras es otra de las consecuencias más que el mal uso de las redes sociales nos deja en el camino.
Un adolescente de 15 años fue detenido por apuñalar a otro en el cuello en la localidad valenciana de Campanar. Se cree que ambos eran parte de un grupo llamado 'Pelearse x Valencia', tal y como ha informado Las Provincias.
Inevitable, que los que ya peinan canas, piensen en un primer momento que se trata del guión de una segunda parte de 'Fight Club', pero de nuevo la realidad supera la ficción y esto no es un grupo aislado. Para saber cómo funcionan estas organizaciones por y para pelearse, hablamos con Serafín Giraldo, Inspector Jefe Policía Nacional h50.
"Son grupos que se concentran a través de Telegram y de otras redes sociales. No es algo nuevo, es un fenómeno que se viene produciendo en España desde hace unos años. Se empezó a detectar de forma pública en el año 2023, en ciudades tan dispares como Zamora o Valencia. Ahora mismo, se ha vuelto a propagar este tipo de quedadas. Más o menos, son grupos de entre 50 jóvenes de un perfil adolescente, que, sencillamente, quedan para pelearse, y ese es el único fin de estos grupos".
La estructura de estos grupos suele ser piramidal, el poder está concentrado en una o dos personas que son las encargadas de organizar las quedadas. ¿Con qué fin? "En muchos casos es con el fin de distribuir estas peleas a través de diferentes redes sociales como Instagram, adquiriendo vídeos de gran difusión para que las cuentas de los adolescentes que los distribuyen, pues tengan gran repercusión. Esto no deja de ser una especie de locura de adolescencia, bien es verdad, que se puede considerar un fenómeno delictivo, porque son grupos muy organizados, sobre todo por sus líderes, pero el fin último es obtener vídeos de gran difusión".
Por qué se pelean
La esclavitud del 'like' que nuevamente traspasa otra línea roja. Sus miembros suelen ser menores y, quizás sin saberlo, ponen en juego su integridad física solo por el puro placer de alimentar el egocentrismo de los líderes. "El objetivo de estos grupos es ejercer el liderazgo sobre un grupo de individuos y luego emitir, grabar esas peleas y obtener una gran difusión. Es un fenómeno que está ocurriendo ahora. Tienes más importancia dentro del mundo adolescente si tienes unas redes sociales potentes. Ese es el fin, las redes sociales. Obtener muchísimos 'me gustas', obtener seguidores... y, reitero, existen problemas accesorios a esto como el bullying. Reitero, el mayor problema que tenemos es detectarlos y el objetivo es obtener difusión en redes sociales", asegura Giraldo.
El inspector nos explica cómo los miembros de este tipo de grupos quedan en un principio para pegarse, pero este fenómeno puede extenderse a otros problemas como el del bullying. 7 de cada 10 adolescentes ha sufrido o está sufriendo acoso o ciberacoso escolar. "Todo depende del grupo, y todo depende del líder, pero en general sí se están detectando casos de bullying en caso de querer abandonar este tipo de grupos", reconoce el inspector.
Pese a ser menores y a priori no ser delincuentes, las familias de estos jóvenes son en la gran mayoría de ocasiones los últimos en enterarse. "Las familias de los jóvenes se suelen dar cuenta cuando el hijo acaba en un hospital o cuando, como pasó en Campanar, cuando el hijo recibe una cuchillada en el cuello. Sí que es necesario que cuando las familias se den cuenta se pongan en contacto con la Policía Nacional, pero reitero, las familias generalmente nunca se dan cuenta porque son grupos reducidos y ellos intentan mantenerse ocultos".
Precisamente que estos grupos sean pequeños, dificultan las investigaciones de los agentes. "La investigación policial se centra en la difusión que tienen estos grupos y también pasa por infiltrarse o estar dentro de estos grupos cuando estos grupos adquieren gran dimensión y, pierden el control. Cuando los grupos son reducidos, evidentemente, es muy difícil, tremendamente difícil evitar este tipo de fenómeno, pero cuando el grupo va aumentando para la policía es relativamente sencillo entrar en ellos. Ahora bien, la tarea de prevención es complicada", explica.
La ley del menor
Giraldo reprocha que en España la ley es demasiado "laxa". "La ley del menor que tenemos en España favorece o facilita este tipo de actividad delincuencial. Tenemos una ley del año 2000 que busca la reinserción, que está bien, pero la sociedad ha evolucionado desde entonces, los menores conocen esta laxitud de la ley y, favorecería la prevención un endurecimiento de las consecuencias para este tipo de actividad delictiva porque los jóvenes que ingresan en estos grupos, en principio, no son delincuentes y los líderes son los que comienzan una actividad delicuencial".
Sobre los delitos a los que se enfrentan los miembros de estos grupos de lucha, Giraldo nos indica que son: "tipos de organización criminal si están realmente organizados, que lo están, y luego a delitos de lesiones o contra la intimidad de las personas en caso de difusión de estos vídeos. E, incluso, no nos podemos olvidar de delitos de odio. Por tanto, la repercusión penal que puede tener este tipo de actividad es bastante fuerte".
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