La alcaldesa de Bermeo, Idurre Bideguren, ha confesado que cuando esta madrugada se desató el fuego, hubo un momento en el que se pensaba que "iba a arder todo el casco viejo" del pueblo ante la magnitud de las llamas.
En declaraciones a los medios, la alcaldesa ha precisado que hay cuatro edificios del casco viejo "muy perjudicados, casi desplomados", y otros seis con daños, y que incluso se ha visto afectado el tejado del ayuntamiento. "Ha habido un momento en el que pensábamos que iba a arder todo el casco viejo. En un momento de nervios le he preguntado a un bomberos que tenía al lado ¿Vamos a ser capaces de pararlo? Me ha mirado con un 'no sé que decirte'. Ha sido un momento muy duro, las llamas ardían mucho", ha narrado Bideguren.
La edil ha señalado que pensaban que el fuego estaba controlado, "pero ha venido una ráfaga de viento fuerte y se ha propagado con facilidad". Todavía hay llamas en algunas viviendas y hasta que no se apague todo no se podrán saber los daños, ha comentado Bideguren. El incendio se ha declarado sobre las 4.00 horas en una casa deshabitada, encima de un bar, y ha obligado a desalojar a varias decenas de vecinos.
Han resultado dañados de forma leve tres bomberos, un policía local y un ertzaina durante las tareas de extinción, principalmente por inhalación de gas. Uno de los vecinos desalojados por el incendio ha asegurado que al asomarse al balcón cuando ha sido alertado de las llamas ha visto "cómo venían bolas de fuego" que le han hecho ver la gravedad del suceso. "Nunca he visto una cosa así. Nos venían bolas de fuego y chispas", ha descrito, en declaraciones, Enrique Vara dibujando con sus manos una pelota pequeña.