Guerra Rusia-Ucrania

La viuda del ex-espía Aleksander Litvinenko: "Putin fue elegido para devolver Rusia a la Unión Soviética"

La viuda del ex-espía Aleksander Litvinenko recibe a nuestra corresponsal en Londres para hablar de su marido envenenado y la guerra.

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Murió envenenado por enfrentarse al régimen de Putin. Aleksander Litvinenko, oficial fugitivo del servicio secreto ruso, especializado en el crimen organizado, acusó a sus superiories de ordenar el asesinato del magnate ruso Boris Berezovski. Fue arrestado y liberado posteriormente. Voló con su familia a Londres, donde se le otorgó asilo y trabajo.

Desde allí escribió libros contra Putin y sus crímenes. El 1 de noviembre de 2006, enfermó repentinamente y fue hospitalizado por envenenamiento con polonio-210. Murió 20 días después. Desde entonces, su viuda, Marina Litvinenko, mueve una campaña para pedir justicia por la muerte de su marido.

Nuestra corresponsal desde Londres, Eva Millán, la ha entrevistado. Marina la recibe con un broche en la solapa con los colores de la bandera ucraniana.

P: La primera pregunta, estamos por primera vez escuchando algo positivo de las negociaciones, hay que tomarlo con muchas reservas, pero esas señales positivas vienen sobre todo de Rusia. ¿Crees que se puede confiar en Rusia, sobre todo, tras todo lo acontecido?, ¿pueden los ucranianos fiarse de Rusia?

R: Es difícil hablar de confianza, tras todo lo acontecido en los últimos 20 años. ¿Cuántas veces hemos intentado confiar en Rusia y en lo que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha dicho? O no tuvo lugar, o pasó algo incluso peor.

La guerra que Putin ha promovido ha sido una locura

Lo que pase ahora, es, por supuesto, una gran esperanza para todos, que esta guerra acabe, o por lo menos que pare, que haya alguna diferencia.

Las pasadas tres semanas han sido una pesadilla, así que no deberíamos hablar de confianza, sino de posibilidad de provocar alguna diferencia, de lo que que haga que la guerra termine. La guerra que Putin ha promovido en las últimas tres semanas ha sido una locura. No la reconoce como una guerra, no reconoce al pueblo ucraniano como una nación, no reconoce Ucrania como un país, y ahora tenemos que descubrir qué pasó para que Putin, o su círculo, se lanzasen a este primer paso.

P: Con tu conocimiento de cómo opera Rusia, ¿qué solución prevés que pueda haber para que acabe este conflicto, cuando el Kremlin parece tan determinado a no parar?, ¿será en el campo de batalla, o puede pasar en la mesa de negociación, mediante un acuerdo, como el propio presidente Zelensky ha sugerido ya?

R: Es difícil de prever, porque yo ni siquiera pensaba que este conflicto, que esta guerra, comenzaría. En 2022, el debate era en torno a un conflicto serio de Rusia con Ucrania, de Rusia con la OTAN pero yo no había anticipado que veríamos una batalla real, esta crisis humanitaria en Centroeuropa a la que hacemos frente en la actualidad.

De hecho, ni siquiera acaba aquí, no sabemos lo que va a venir después de esto, porque esto es como un efecto dominó, puede acabar la batalla, pero todas las consecuencias económicas, humanitarias acaban de empezar y esto es lo que hay que entender.

Por supuesto, para Putin es probablemente muy importante encontrar una solución que le permita aparentar que no ha perdido y que ha obtenido algún tipo de beneficio, pero sobre todo, ante sus ciudadanos, ante su propia gente, él quiere aparentar que todo lo que intentó hacer, lo ha conseguido.

Para Ucrania, es muy importante no dar un solo paso atrás y, aunque no digo que tengan que recuperar Crimea, por ejemplo, pero definitivamente tienen que mantenerse en una posición muy fuerte de preparación de todo el terreno. No sé lo que van a hacer con Donestsk y Luhansk, porque esta región carece ya de control para Ucrania.

Ucrania se ha unido tanto y de una manera tan sólida y si los ciudadanos de esa región no quieren vivir en este país, pues déjalos abandonarlo; pero en muchos aspectos en los que Ucrania se ha mantenido fuerte, tiene que continuar así, porque ya se ha pagado un alto precio en vidas de soldados y civiles.

P: Uno de los grandes debates en los últimos meses es la mente de Putin, cómo está, ¿ha hecho el autoaislamiento al que se ha sometido, tanto por la pandemia, como a nivel de personas de confianza, lo ha desconectado de la realidad? Solía ser alguien considerado calculador, una mente fría… pero ahora parece actuar de otra manera. Lógicamente, conoces muy bien la Rusia de Putin, ¿crees que Putin ha caído en un fallo de cálculo, que no está conectado con la realidad?

R. Esa es, desde luego, mi opinión, pero yo no soy una política famosa, tampoco soy una líder política, aunque tengo mi punto de vista.

Creo que a veces se ha cometido el error de cálculo de considerar a Putin como la única gran figura que tiene la responsabilidad sobre la toma de decisión.

Me gustaría recordar que Putin fue seleccionado, fue elegido, por su pasado, por su pertenencia al KGB, por la gente de los servicios de seguridad y fue elegido para una gran misión: devolver Rusia a la Unión Soviética, y esta era la única manera.

Fue elegido para devolver Rusia a la Unión Soviética

Putin representaba no solo los servicios de seguridad, la KGB representaba este pasado, y traerlo de vuelta no era tan rápido, por lo que aparentar la integración de Rusia en la Unión Europea, en la comunidad internacional, se hizo por estos motivos.

Pero hay gente que sigue sin estar contenta con que Rusia sea parte de la integración europea y trataron de pararlo muy duramente. Por lo que cuando Putin asume él, como presidente, toda la responsabilidad y da este paso de acercarse a la guerra, Rusia queda completamente rechazada en la comunidad internacional.

Esto es malo para los ciudadanos rusos ordinarios, pero para algunas personas del sector de Inteligencia, es el momento adecuado de aislar a Rusia y volver al nivel en el que Rusia estaba antes de 1995, antes de que Gorbachov iniciase la perestroika, antes de que comenzasen a promoverse colectivos de negocio. Ya desde entonces esta gente quería devolver al país al estado anterior y parece que lo han logrado.

¿Pero qué le ha pasado a Putin a nivel personal? Creo que es momento de que entre un psicólogo, para algún tipo de interpretación.

Desde mi punto de vista, Putin nunca estuvo preparado para ser un gran líder de un país inmenso, y creíble, y asombroso. Porque es muy difícil ser el líder de un país como este, con este pasado, pasar de ser un país comunista, a construir una nueva democracia... nunca estuvo preparado para eso, y probablemente, para una persona que no estaba preparada, quizá llega un momento en que pierdes la cabeza.

P: Puede ser que precisamente esta aparente desconexión de la realidad, y las consecuencias que ha creado la invasión para los ciudadanos rusos de a pie, incluso aunque estos apenas sean conscientes de cómo es la realidad, dado que viven en un país con una profunda represión y censura, ¿es posible que sean ellos los que promuevan una revolución, por llamarlo de alguna manera, y provoquen el fin de Putin?

R: Lo primero que quisiera decir es que hay una mala interpretación de lo que ha pasado en Rusia, diría que hasta durante 30 años. Rusia fue aceptada inmediatamente, el mundo recibió a Rusia con los brazos abiertos, todos estaban encantados de tener a este país como parte de la comunidad internacional. Había mucho intercambio, mucha comunicación, muchas inversiones… desde el principio mismo.

Tenemos que comprender que lo que no ocurrió fue la transformación de un país con una mentalidad comunista a un país democrático. Había una parte de la sociedad que siempre había estado dirigida a occidente, incluso en la época soviética, porque la entendían, e intentaron atraer a la población rusa a este nuevo mundo, pero no ocurrió.

No ocurrió porque fue durante un tiempo muy breve, y cuando en el año 2000, llegó un nuevo gobierno, bajo la dirección de Vladimir Putin y la gente que lo había escogido, tomaron el control de los medios. No pasó inmediatamente, sino paso a paso, pero esto, durante 22 años, significa que a la gente en Rusia se les ha lavado el cerebro.

Y ahora, cuando se les enseñas estas durísimas imágenes de Ucrania, es muy difícil de aceptar, de entender lo que Rusia está haciendo en un territorio que el país siempre había llamado ‘hermanos’ y ‘hermanas’.

Este es un momento muy serio, ¿entenderá esta gente realmente lo que está pasando? Porque sus vidas van a cambiar dramáticamente. O quizá no todos, porque para mucha gente en Rusia no va a ser un gran cambio: si te vas un poco más allá de Moscú, o de San Petesburgo, te encuentras con muchos pueblos sin gas, gracias a Lenin que llevó la electricidad a algunos de estos territorios, pero están sin gas.

Lo que creo que va a haber es un gran conflicto generacional

Lo que pase (con las sanciones) no será un gran cambio para este gente, porque todavía viven en la Unión Soviética.

Lo que creo que va a haber es un gran conflicto generacional, porque Rusia tiene una población bastante envejecida, quizá no sea igual que la de la Unión Europea o la de Estados Unidos, pero es bastante envejecida.

La gente de más de 60 años, o de 70 años, todavía tiene nostalgia de la Unión Soviética, cuando la vida era muy previsible. Para las generaciones jóvenes, sin embargo, es diferente, y han probado ya otro tipo de vida, y ahora, cuando vean cómo se les corta todo tipo de comunicaciones, cuando se vean excluidos del progreso tecnológico, de todos los procesos que hacen más fácil estar en contacto con el resto del mundo, ahí sí puede haber algún tipo de conflicto generacional, o al menos, así lo espero, pero no sabemos cómo de pronto pasará.

P. Tu marido fue uno de los primeros en alertar de dudosos arreglos que significaron que el dinero ruso estaba en todas partes, especialmente aquí, en Londres, lo vemos. Estos días vemos las sanciones, ¿qué piensas de ellas?, ¿llegan demasiado tarde, sobre todo, teniendo en cuenta que hace tiempo que se podía ver que Putin iba en una dirección que podía ser incómoda para Occidente?

R. Sí, nos hemos quedado atrás, llegamos tarde, si este tipo de sanciones hubiesen tenido lugar mucho antes, no tendríamos esta terrible guerra en Ucrania

Ahora vamos a sufrir todos, no es solo Rusia, con sus sanciones, vamos a sufrir todos. Todos van a tener que estar preparados ahora para pagar el precio por haber estado ciegos y por no haber intentado hacer nada antes.

Antes todos pensábamos cómo contentar a los negocios, "cómo vamos a vivir sin gas, o petróleo" y qué podríamos perder... pero ahora vamos a perder mucho más que si hubiéramos tratado de evitar esta agresión.

Tras el acto de terrorismo nuclear que se cometió en el centro de Londres 2006, todo el mundo debería haber sido consciente de la señal de alarma. Si fue capaz de cometer ese acto en Londres, en la capital de una país europeo, ¿cómo vamos a estar seguros, y cómo no va a pasar en otro lugar?

Y pasó otra vez, en 2018, cuando intentaron utilizar otra arma química, Novichok, y esta fue otra señal de alarma. Y fue muy seria, y podría haber sido una historia mucho más grande (que el asesinato de su marido).

Todas las sanciones se podrían haber adoptado mucho antes, y es, por supuesto, positivo que se hayan impuesto, pero llegan tarde, porque lo que estamos sufriendo ahora, nada se puede comparar con lo que está sufriendo la gente de Ucrania en todo el país.

Es absolutamente devastador ver ahora, en tiempo real, cómo toda esta gente está muriendo, con todos estos bombardeos, cuando este país, en 2014, estaba ya preocupado por la capacidad de Rusia de comenzar ya este gran conflicto que vemos ahora.

P. Fue probado tras una larga campaña, liderada por ti, que Rusia fue, efectivamente, quien estuvo detrás de la muerte de tu marido; hemos visto cómo pasaba de nuevo, con los Skripals, en 2018... pero todo el mundo estaba encantado con que circulase el dinero ruso, con que Rusia fuese sede del Mundial de fútbol, ¿crees que Occidente miraba para otro lado, porque económicamente era conveniente, o era una manera de mantener a Putin cerca y contento?

R. Diría que fue un error en cadena, no fue solo Reino Unido, cuando aceptó el dinero ruso, y activó visados específicos para facilitar la entrada de fortunas rusas, siempre que alguien invirtiese dos millones de libras en la economía... y se mostraron más que encantados de cerrar los ojos y no preguntarse de dónde venía este dinero.

Hemos visto cómo ciudadanos británicos, con apellidos rusos, se convertían en los principales donantes de fondos al Partido Conservador británico, y de nuevo, eso se cuestionaba menos de lo que se hace ahora.

Me gustaría recordar que mi marido, Alexander Litvinenko, murió justo antes de que comenzase una colosal investigación en la que se implicó, precisamente en España, porque había una gran red de crimen organizado con vínculos con el Gobierno ruso, operando en España, y había grandes interrogantes sobre este dinero también.

Y todo esto ocurrió porque las relaciones personales entre grandes riquezas rusas, podríamos llamarlos hombres de negocios, o popularmente oligarcas, aunque no son todos oligarcas. Pero todo fue muy a escala personal, y lo he dicho, era todo muy dudoso legalmente, tanto en Reino Unido, como en Europa, porque si intentabas tocar algo, para descubrir qué, o quién, estaba detrás de este dinero, había mucha protección, porque la gente empezó a tener intereses personales, para no detener estos negocios.

Y esto es precisamente lo que mi marido intentó detener, cuando intentó explicar qué tipo de dinero estaba fluyendo en Reino Unido, avisó de que era una gran red de corrupción que no sería ni siquiera posible atajar, porque la gente nunca veía este dinero: no hacían negocios antes de una operación de lavado, tras ofrecer un millón, dos millones… hacían lo que se les pedía que hiciesen y todo parecería legal, pero desafortunadamente no lo era.

Yo lo compararía con una metástasis, cuando se tienen todos estos debates sobre la corrupción en Rusia, y se habla de un estadio tipo mafia, al frente de una economía de tipo criminal, y que no hay sistema judicial, pero luego vemos esta metástasis en Europa, y esto es lo que la gente no parecía entender: que un día, estarían enfrente de este problema.

P: Tu marido pagó un alto precio por su denuncia, y tú has continuado, absolutamente sin cortapisas, con su labor de denunciar, ¿tienes miedo, sobre todo, viendo cómo los tentáculos del Kremlin parecen llegar a todas partes?

R. Yo no soy lo mismo que mi marido, yo soy una mujer, una esposa que perdió a su marido, y nadie podría decirme que dejase de amarlo. Y todo lo que estoy haciendo, lo estoy haciendo por él.

Yo no tengo la capacidad de investigar caso por caso, no tengo el conocimiento que tenía él, Alexander, pero quiero darle su voz, la voz que le quitaron. Él murió, pero su voz sigue viva.

Estoy muy orgullosa de lo que está pasando ahora, me refiero a que se está entendiendo lo que mi marido intentaba decir, ahora la gente está empezando a comprenderlo, lo serio que era esto, y esto es de lo que se trata.

No siento que tenga que tener miedo.

P. ¿Qué futuro vislumbras para Rusia, cuando actualmente Rusia está tan profundamente representada por un individuo y este individuo es Vladimir Putin?, ¿hay vida tras Putin, cuál es el futuro de Rusia?

R. Podría llevarte por la vía histórica. Cuando Stalin, el dictador de la Unión Soviética, murió, había mucha gente llorando por las calles, hubo un funeral de estado, que jamás podría imaginarse ahora, y era un país aún más grande que el actual, era la Unión Soviética.

Y esto fue tan solo unos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, así que, para mucha gente, Stalin era la imagen de esta victoria, pero transcurridos apenas unos años, todo el mundo empezó a hablar de Stalin como un dictador, como un hombre que destruyó su país.

Sé que no se recuperó del todo, pero el país sobrevivió, y lo mismo pasa con Putin. La gente deja de adorar a alguien muy fácilmente, si simplemente cambias lo que se ve en la televisión, si pones a gente diferente, en los distintos canales de televisión, Putin tendrá pronto la misma reputación que otros y el propio pueblo empezará a gritar que se le mate, porque ha sido él mismo quien ha destrozado su vida.

P. Tengo entendido que estuviste en Ucrania hace poco, ¿cómo viste la situación?

R. No fue mi primera visita y estoy convencida de que no será la última, definitivamente volveré a Ucrania, cuando sea posible. No fue nada heroico, porque estaba en una zona muy tranquila, estaba de visita durante unas vacaciones... es tan hermoso, y tan tranquilo.

Lógicamente, sabía cómo estaba la situación entre Rusia y Ucrania, pero lo que no esperaba es que una guerra real fuese a empezar.

Me informaron de la noticia cuando estaba allí, pero no sentí que tuviese que escapar inmediatamente. Decidí quedarme el tiempo que tenía previsto, el que marcaba mi billete de vuelta, o más, si hubiese habido algún problema para irme, definitivamente, me hubiese quedado.

Sabía (que si me hubiese quedado) sería una pesadilla para todos mis amigos aquí en Londres, pero sabía que no lo intentaría si fuese a ser difícil. Vi solo el principio de la crisis de refugiados. Tuvimos una familia de Járkov, con cuatro hijos. Vi mucha gente en la calle, no solo soldados, sino la gente de las diferentes ciudades.

Lo que vi en Ucrania es que la gente no estaba en pánico, habían estado esperando esto durante mucho tiempo, y ahora estaba empezando y ellos estaban preparados.

Hicieron todo lo posible: primero fuimos a un centro de donación de sangre, donde todo el mundo estaba preparado para donar, en dos días tuvieron que cerrarlo, porque recabaron tanta sangre que no necesitaban más.

La gente iba recolectando botellas vacías para mandarlas para Kiev, para fabricar cocktails molotov. Vi a gente haciendo colas para unirse a la resistencia doméstica, para formar parte de este ejército para proteger sus propias ciudades.

Todo esto estaba muy bien organizado, y la gente no estaba en pánico, sabía que estaban en una situación muy seria, pero estaban muy concentrados en ella.

Me gustaría dejar claro un mensaje muy serio: esto es una crisis muy diferente, pero son fundamentalmente mujeres y niños, son los más vulnerables, y están padeciendo todo este estrés y están muy preocupados, por el riesgo de convertirse en objetivos del crimen, de las redes de tráfico de personas, es una situación muy seria y necesitan protección. Y hay que darles la oportunidad de tener un descanso y tan pronto como esta guerra termine, permitirles volver a casa.

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