Vladimir Putin, el exagente del KGB que tiene en sus manos la paz de Europa

Vladimir Vladimirovich Putin tiene 69 años, mide 1,70 y marca el paso a través de su mirada de acero. Es el hombre que tiene en estos momentos tan complicados la paz de Europa en sus manos. Todas las miradas se centran en su persona, en alguien que lleva más de 20 años a los mandos de Rusia y que fue agente del KGB (Comité para la Seguridad del Estado) en Dresde.

El gran sueño de Putin, el que nunca ha ocultado, es devolver la grandeza a su país y restaurar el orgullo herido tras la desintegración de la Unión Soviética, donde creció y se formó como espía del KGB.

"Tenemos que pensar en las generaciones futuras y eliminar el número de mandatos presidenciales de la constitución" decía Putin, gesto con el que se aseguró estar en el poder, al menos, hasta 2036.

De la vida privada de Putin no se conocen muchos aspectos, nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado, que es la actual San Petersburgo, lugar donde se licenció en Derecho. Desde 1975 ha estado vinculado al KGB y entre 1985 y 1990 trabajó para este organismo en Dresde, donde consiguió ascender hasta llegar a dirigirlo y lo abandonó con el grado de teniente coronel.

Cuando regresó a San Petersburgo lo nombraron ayudante del decano de la Universidad Estatal a la misma vez que comenzó a introducirse en política en el ayuntamiento de su ciudad natal de la mano del alcalde, Anatoli Sobchak con el que empezó siendo su asesor. Después de que lo nombraran vicealcalde de San Petersburgo en 1991, trabajó a las órdenes de Sobchak hasta el año 1996 que se trasladó a Moscú. Durante un tiempo trabajó como jefe de Intendencia del Kremlin.

Según Angela Merkel, a quien él respeta, Putin siempre ha tenido la necesidad de demostrar quién es el más fuerte y el más querido. De ahí que busque el reconocimiento de su pueblo con multitudinarios actos bañados de patriotismo.

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