Guerra Rusia y Ucrania

La UE tumba la 'revolución verde' y relaja el control de emisiones contaminantes para compensar la falta de gas ruso

La Unión Europea relajará el control de las emisiones contaminantes para hacer frente a los cortes en el suministro del gas ruso.

Ejemplo de gasoducto

Ejemplo de gasoducto EFE

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La amenaza de Rusia de cortar el suministro de gas por la posición de Occidente en la guerra con Ucrania, pone en peligro una de las medidas estrella de la Unión Europea para alcanzar la neutralidad climática: el control de las emisiones más contaminantes.

Bruselas, partidaria de relajar el control

La invasión rusa en Ucrania ha puesto sobre la mesa las vulnerabilidades energéticas de Europa. Ahora, el plan del bloque comunitario pasa por impulsar la sustitución del gas por otros combustibles, como el carbón, aunque estos sean más contaminantes.

Vuelta al carbón

Muchos países europeos se han visto obligados a abandonar el proceso de descarbonización y establecer un plan alternativo que supone encender nuevamente las centrales térmicas de carbón, uno de los principales causantes del cambio climático. "Estamos llevando nuestra ambición a otro nivel para asegurarnos de que nos independicemos de los combustibles fósiles rusos lo antes posible", ha subrayado la presidenta de Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen.

El carbón no es la única apuesta inmediata de Europa puesto que el plan comunitario también aboga por la energía nuclear. Un mix de medidas energéticas que, no obstante, tienen carácter temporal. En cualquier caso, Bruselas no olvida su propósito de utilizar más renovables y prevé que la energía solar y la eólica produzcan el 66% de la electricidad en 2050, representando la eólica el 31% y la solar el 35%.

Un escenario sin gas ruso

Hace unos días el presidente francés Emmanuel Macron dijo que Europa debía estar preparada para un escenario en el que se prescinda "por completo del gas ruso". A su juicio, Vladímir Putin está utilizando la energía "como la comida, como un arma de guerra".

En este contexto, Alemania, que depende en gran medida del flujo ruso, ha hecho un llamamiento al ahorro del gas de cara al invierno. El Gobierno de Olaf Scholz se ha propuesto llenar los depósitos de almacenamiento, que actualmente se encuentran entorno al 60%, para satisfacer la demanda en los próximos meses. Con ello, la administración pretende que la capacidad supere el 80% para finales de año. Para conseguir el objetivo se han habilitado cuatro terminales de gas natural licuado.

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