"El valor y el sacrificio no es más limitado por la orientación sexual, como no lo es por la raza, el género, la religión o el credo", señaló el presidente en una ceremonia en el Departamento de Interior en la que dijo sentirse orgulloso de acabar con esta ley.
Obama cumple así una de sus promesas de campaña, conseguida gracias al apoyo de los senadores demócratas que recabaron el apoyo de algunos republicanos para terminar con esta norma instaurada en las Fuerzas Armadas estadounidenses durante 17 años y que ha provocado la expulsión de unos 13.500 militares en este periodo.
"Nunca más los patriotas estadounidenses serán obligados a abandonar (las Fuerzas Armadas), por el mero hecho de que sean gays, sin tener en cuenta cuáles son sus habilidades ", señaló el presidente que aseguró que la abolición de esta ley fortalecerá la seguridad nacional y contribuirá a mantener los valores del país.
Obama destacó que el cambio no será inmediato ya que ley requiere que se conceda un periodo para que los jefes del Pentágono completen los planes necesarios para la abolición.
El secretario de Defensa, Robert Gates, dijo que los funcionarios de su departamento procederán inmediatamente con la planificación necesaria para "llevar a cabo este cambio con cuidado y metódicamente, pero con determinación", indicó en un comunicado.
Según lo estipulado en el proyecto de ley, el presidente y sus principales asesores militares deben garantizar al Congreso que la abolición no perjudicará a las Fuerzas Armadas. Después, tendrá que pasar un periodo de 60 días antes de que entren en vigor los cambios. Obama agradeció su servicio a "los patriotas que se han visto obligados a colgar sus uniformes" y destacó el esfuerzo hecho por demócratas y republicanos para lograr acercar posiciones.
La Unión de Libertades Civiles (ACLU) aseguró que es "un paso histórico para aquellos que han vivido sus vidas en silencio mientras sirven a su país, y para todos los estadounidenses que creen en la justicia".